
Muela partida por la mitad vertical: ¿se puede salvar o hay que extraerla? Descubre las causas, consecuencias y opciones de tratamiento para resolverlo.

Bulto en el labio por fuera – Descubre sus posibles causas (herpes, quistes, alergias, etc.), cómo tratarlo, cuándo debes preocuparte y consejos de un profesional.
Hola, soy Alicia Martín, odontóloga y entiendo perfectamente tu preocupación al notar un bulto en el labio por fuera. En mi experiencia, ver una protuberancia o bolita en el labio puede generar muchas dudas: ¿qué la causa? ¿Será algo grave o contagioso? ¿Cómo puedo eliminarla? Quiero hablarte de forma cercana, como lo haría en consulta, para ayudarte a comprender por qué puede aparecer un bulto en el labio, cuándo debes acudir al médico y qué opciones de tratamiento y cuidados existen.
¿Por qué tengo un bulto en el labio? Hay muchas posibles razones. A veces es algo tan simple como un granito o una glándula inflamada; otras veces puede ser una ampolla de fiebre (herpes labial) u otro tipo de quiste benigno. La buena noticia es que la mayoría de estos bultos suelen ser inofensivos y desaparecen solos. Aun así, es importante conocer las causas y estar atento a signos de alarma para descartar problemas mayores. Te invito a seguir leyendo mientras repasamos las causas comunes de un bulto en el labio por fuera, cómo identificar cada una, si son contagiosas, los tratamientos disponibles y cuándo realmente debes preocuparte. ¡Vamos paso a paso!
Todos los bultos o protuberancias labiales no son iguales. Pueden variar en tamaño, apariencia, dureza, dolor e incluso en si son contagiosos o no. A continuación, te explico las causas más frecuentes de una bolita en el labio externo, junto con sus características principales:
Una de las causas más comunes es el herpes labial, conocido popularmente como calentura o ampolla de fiebre. Es una infección viral por el virus del herpes simple (VHS-1 principalmente) que provoca pequeñas ampollas llenas de líquido en el borde del labio. Suelen empezar con hormigueo o picazón, luego aparece el bultito o ampolla, a veces en grupo, que puede doler o arder. Estas lesiones son muy contagiosas – se transmiten fácilmente por besos u contacto directo. La ampolla de herpes típicamente se rompe y forma una costra, y suele curar en 1 a 2 semanas por sí sola. No tiene cura definitiva (el virus permanece latente), pero se pueden usar antivirales tópicos u orales para aliviar y acelerar la curación. Si notas un bulto doloroso, con picor, que se transforma en vesícula y has tenido exposición al virus, el herpes es una posibilidad importante. No revientes la ampolla, mantén limpia la zona y evita contagiar a otros (no compartas utensilios, besos) mientras esté presente.
No todos los bultos labiales son infecciones; a veces simplemente es un grano (espinilla). La piel justo en el borde de los labios tiene folículos sebáceos que pueden obstruirse y infectarse, provocando un granito en el labio. Esta protuberancia suele ser rojiza o blanquecina, puede doler al tacto y a veces tiene pus (como cualquier barro). Un granito en el labio por fuera se maneja similar a los granos faciales: mantener la zona limpia, aplicar calor local suave para ayudar a drenar y no apretarlo con las uñas (para evitar infecciones mayores). Este tipo de bulto no es contagioso y suele resolverse en unos días. Si tienes varios granitos recurrentes alrededor de la boca, podría tratarse de acné perioral o incluso dermatitis perioral (una condición cutánea que causa erupciones alrededor de la boca). En ese caso, conviene consultar con el dermatólogo para un tratamiento adecuado (a veces se indican antibióticos tópicos).
Los labios son una zona sensible y pueden reaccionar con hinchazón o ronchas ante ciertos alérgenos. Por ejemplo, si tienes alergia a algún alimento, medicamento, al látex de un globo, a la caspa de mascotas o a componentes de un labial o cosmético, es posible que aparezca un bulto o área inflamada en el labio poco después de la exposición. Estas reacciones alérgicas (que forman parte del angioedema o urticaria) suelen presentarse como una inflamación repentina, blanda al tacto, a veces acompañada de picor. La buena noticia es que suelen desaparecer por sí solas en poco tiempo una vez eliminado el alérgeno.
Si notas que tu labio se hincha de repente tras comer algo o usar un producto nuevo, probablemente se trate de esto. Aplica frío local para bajar la hinchazón y toma un antihistamínico si la molestia es grande (siempre consultando antes si no lo has tomado). Ojo: Si la hinchazón es intensa y viene con dificultad para respirar o otros síntomas serios, busca atención médica inmediata, pues podría ser una reacción alérgica grave.
Tal vez hayas notado pequeñas manchitas blancas o amarillentas en la línea de tus labios. Las llamadas manchas de Fordyce son glándulas sebáceas visibles que todos podemos tener en labios, mejillas u otros tejidos, pero que en algunas personas sobresalen un poco formando diminutos bultitos. No duelen ni pican, y no son contagiosas en absoluto. De hecho, no se consideran una enfermedad sino una variante anatómica normal. Suelen medir 1-2 mm, a veces agrupadas, dando un aspecto de “puntos” en la mucosa labial. No requieren tratamiento, aunque por estética algunas personas consultan sobre eliminarlas (un dermatólogo podría tratarlas con láser si fuera necesario, pero no es obligatorio). Lo importante es reconocer que si tu “bulto” en el labio en realidad son varios puntitos blanquecinos sin dolor ni crecimiento, probablemente sean Fordyce y no hay de qué preocuparse.
Aunque técnicamente una afta bucal aparece dentro de la boca o cara interna del labio, la menciono porque a veces se confunde. Un afta es una úlcera pequeña, blanca o amarillenta con halo rojo que duele bastante. Aparecen por estrés, pequeñas lesiones (como morderse), cambios hormonales o ciertos alimentos, y no son contagiosas. Si tu “bulto” realmente es una llaga en la mucosa interna, sabrás que se trata de un afta por el dolor intenso al tocarla o con alimentos ácidos, y porque suele desaparecer en una semana. Para las aftas, enjuagues con agua y sal, evitar comidas irritantes y quizá un gel con corticoide tópico ayudan a sanar. Recuerda, las aftas no salen por fuera del labio; si la lesión está en la superficie externa, entonces no es afta sino otra cosa de esta lista. (Para más detalles puedes ver nuestro artículo dedicado a aftas bucales donde explicamos causas y remedios).
Un mucocele es un tipo de quiste benigno muy frecuente en labios. Suele aparecer como un bultito redondo, blando, de color traslúcido azulado o grisáceo, como una bolsa llena de líquido en el labio. Por lo general ocurre en el labio inferior (el 95% de los casos) y se forma tras morderte accidentalmente o golpearte el labio. ¿Qué pasa? Que al lesionarse una glándula salival menor, su conducto se obstruye o rompe, y la saliva se acumula dentro del tejido formando el quiste. La buena noticia es que el mucocele no duele (salvo que lo muerdas repetidamente) y suele ser inofensivo y temporal. Muchos mucoceles se reabsorben y desaparecen solos en unos días o semanas. Se diferencian de una afta en que el mucocele no es una llaga abierta sino un bulto cerrado lleno de líquido, y dura más tiempo.
Si tienes una bolita en el labio tras haberte mordido, es muy probable que sea un mucocele. ¿Qué hacer? Vigílalo, evita morder esa área y ten paciencia; lo usual es que desaparezca sin tratamiento. Si pasadas 2-3 semanas sigue igual o aumenta, un odontólogo puede evaluar drenarlo o extirparlo con un procedimiento sencillo.
Con el auge de los tratamientos estéticos, otra situación que vemos es la aparición de bultos en el labio tras una inyección de ácido hialurónico u otros rellenos. Si recientemente te realizaste un relleno labial y notas protuberancias, podría deberse a una mala distribución del producto o a una pequeña reacción del tejido. Estos bultos por hialurónico suelen sentirse como “bolitas” bajo la piel del labio, a veces visibles al sonreír, y pueden persistir semanas o meses si no se tratan. La recomendación en estos casos es acudir con el médico estético o dermatólogo que aplicó el relleno; en muchos casos, se pueden eliminar disolviendo el hialurónico con hialuronidasa. No intentes masajear o manipular excesivamente estas bolitas sin supervisión médica, pues podrías empeorar la situación. Con el tratamiento adecuado (pequeñas infiltraciones de enzima), esos bultos suelen reducirse hasta desaparecer. Tranquila, es un efecto secundario manejable y no significa algo peor.
Aunque es menos común, una infección de transmisión sexual como la sífilis puede manifestarse con un bulto o llaga en el labio. En la sífilis primaria aparece el chancro, que es típicamente una úlcera o bulto rojo, indoloro y firme. Puede presentarse en labios si la infección se adquirió por contacto oral. A diferencia de un herpes, no duele (por eso a veces pasa desapercibido). Sin tratamiento, esa lesión desaparece en unas semanas por sí sola, pero la infección permanece en el cuerpo y progresa a etapas más graves. Si tienes un bulto labial indoloro que no se cura tras 3-6 semanas, y existe la posibilidad de un contagio sexual, acude al médico. La sífilis se diagnostica con análisis de sangre y se trata con antibióticos (penicilina) de manera efectiva.
Nota: No te asustes, la sífilis labial no es frecuente, pero como profesional debo mencionarla. La clave es pensar en esta causa si hubo una situación de riesgo (por ejemplo, sexo oral sin protección con alguien infectado).
La candidiasis oral es una infección por hongos (Candida) en la boca. Usualmente causa parches blancos en la lengua o interior de mejillas, enrojecimiento en comisuras, etc., más que un “bulto” externo. Sin embargo, en ocasiones una candidiasis muy avanzada o combinada con irritación puede dar lugar a comisuras agrietadas o pequeñas protuberancias rojas en los labios. La candidiasis aparece sobre todo en personas con defensas bajas o tras uso de antibióticos/corticoides prolongados. Si tuvieras este problema, notarías placas blancas que al rasparlas dejan la zona roja y dolorida. Se trata con enjuagues o geles antifúngicos. No es común que un bulto aislado en el labio sea por hongos, así que esta causa es menos probable a menos que observes claramente los otros signos en boca. Mencionada por completitud.
Otra posible causa viral es una verruga causada por el virus del papiloma humano (VPH). Las verrugas en labios son menos frecuentes que en otras partes, pero pueden ocurrir por contacto directo (por ejemplo, un beso si la otra persona tiene verrugas orales, o autoinoculación desde dedos). Aparecen como un bulto pequeño, áspero o con superficie irregular, del color de la piel o blanquecino. Suelen ser indoloras. A diferencia del herpes, la verruga no aparece de repente en cuestión de días, sino que crece lentamente con el tiempo. Si tienes un bultito que parece una pequeña “coliflor” o cresta, podría ser una verruga viral. Estas lesiones sí son contagiosas por contacto directo. El tratamiento suele ser mediante crioterapia (congelarlas) o láser por parte del dermatólogo, ya que espontáneamente pueden persistir bastante. La buena noticia es que las verrugas benignas no implican un riesgo grave, pero conviene tratarlas para evitar transmisión y por estética.
La dermatitis perioral es una afección de la piel que causa un sarpullido con granitos alrededor de la boca, más común en mujeres jóvenes. No suele ser un único bulto, sino múltiples pequeñas protuberancias rojizas alrededor de los labios y barbilla, a veces con apariencia de acné o irritación.
Puede desencadenarse por uso prolongado de cremas con corticoides en la cara, cosméticos, pasta dental con flúor o simplemente por predisposición. Menciono esta condición porque algunas personas confunden ese enrojecimiento con “bultitos” en los labios. Si notas que no es solo un bulto aislado sino varios granitos y piel enrojecida alrededor de la boca, podría tratarse de dermatitis perioral. En ese caso, suspender productos irritantes y consultar al dermatólogo para tratamiento (a veces recetan antibióticos tópicos u orales). No es contagiosa ni peligrosa, pero sí algo molesta estéticamente; por fortuna, con el tratamiento adecuado mejora.
Ahora hablemos de la causa menos frecuente pero importante: el cáncer. Un cáncer de labio u oral puede, en etapas iniciales, manifestarse como un bultito o llaga que no sana en el labio.
Aclaremos: la gran mayoría de protuberancias en el labio NO son cáncer, especialmente en personas jóvenes y sin factores de riesgo. Sin embargo, debemos estar atentos si el bulto persiste por muchas semanas, crece, sangra, cambia de color o forma, o se ulcera sin cicatrizar. Los factores de riesgo para cáncer labial incluyen ser fumador, consumo excesivo de alcohol y alta exposición al sol.
Suele aparecer más en el labio inferior y en personas mayores. Un signo típico es una llaga o masa endurecida que no duele al inicio y no cicatriza, pudiendo ponerse roja o blanquecina. Si algo así ocurre, acude al médico (dermatólogo o cirujano oral) lo antes posible. Ellos podrán hacer una biopsia del tejido para descartar malignidad. Insisto, es muy raro que un bulto en el labio sea cáncer, pero no imposible. Ante la duda (especialmente si tienes más de 2 semanas con la lesión sin mejoría), consulta para quedarte tranquilo. El cáncer detectado temprano se puede tratar con cirugía pequeña con muy buen pronóstico.
Además de las ya mencionadas, existen otras causas menos comunes de bultos labiales:
Como ves, la lista de causas es amplia. La clave es observar las características del bulto: su color, si duele, si es blando o duro, si apareció de golpe o lentamente, si hay más lesiones alrededor, etc.. Esto nos orienta mucho sobre qué lo produce.
Esta es una pregunta frecuente. La respuesta depende completamente de la causa del bulto:
En resumen, si el bulto es causado por un virus o bacteria, existe riesgo de contagio; si es por quiste, golpe, alergia u otros, no hay riesgo de transmitirlo. Ante la duda, mantén higiene y evita contacto directo hasta confirmar la causa. Y recuerda, no toques mucho el bulto sea contagioso o no, porque manipularlo puede empeorar la lesión o infectarla con bacterias comunes de las manos.
La mayoría de los bultos labiales no son motivo de alarma inmediata. Muchas veces desaparecen solos sin necesidad de intervención médica. Sin embargo, hay ciertas situaciones en las que sí conviene consultar a un profesional para que evalúe tu caso:
En consulta, el médico (ya sea tu médico de cabecera, un odontólogo o dermatólogo) te hará preguntas sobre cuándo apareció, si duele, hábitos como fumar, historial sexual, exposiciones, etc.
Luego examinará no solo el bulto sino toda tu boca y cuello (buscando otros hallazgos). Si sospecha algo particular, podría mandar pruebas: análisis de sangre (por ejemplo, para detectar sífilis u otras infecciones), alguna radiografía si cree que hay afectación más profunda, o incluso una biopsia del bulto si requiere estudio histológico
No te asustes con la palabra biopsia: es un procedimiento que consiste en tomar una pequeña muestra bajo anestesia local, y se hace principalmente si se quiere descartar células malignas u obtener un diagnóstico definitivo.
En la gran mayoría de casos, no se llega a necesitar biopsia porque con la clínica se identifica la causa y se procede al tratamiento adecuado. Recuerda: consultar a tiempo es la mejor manera de quedarte tranquilo y, en caso de que fuera algo serio (raro), actuar pronto.
El tratamiento dependerá completamente de la causa del bulto en el labio. No existe una única pomada mágica para todos los casos, así que es importante identificar qué lo ocasiona. A continuación, te resumo los abordajes habituales según el tipo de bulto:
Como ves, cada causa tiene su manejo. No todos los bultos se tratan igual. Por eso insisto en la importancia de la evaluación adecuada. No es buena idea aplicar remedios caseros a ciegas sin saber qué es el bulto, porque podrías retrasar la curación o empeorar la situación (por ejemplo, poner ajo o pasta de dientes en un herpes – remedio casero popular – puede irritar más la piel).
Independientemente de la causa y tratamiento médico específico, hay medidas generales de cuidado que ayudan a que cualquier bulto en el labio sane mejor y previenen complicaciones:
Cuida tus labios como cuidas el resto de tu piel. Son una zona expuesta y delicada. Si aplicas estos cuidados generales, ayudarás a que cualquier bulto se cure más rápido y evitarás empeorar la situación. Recuerda que, aunque aquí te doy una guía completa, tu caso particular puede tener matices, y siempre es buena idea consultar si algo no evoluciona bien.
Es una de las dudas más habituales. El herpes labial suele comenzar con ardor u hormigueo, luego aparece una o varias ampollitas llenas de líquido que duelen o pican, y suelen formar costra después de romperse. Además, el herpes a veces viene acompañado de malestar general leve o ganglios algo inflamados cerca. En cambio, un granito común (acné) tiende a ser una sola protuberancia roja con punta blanca de pus, más dolorosa al tacto que por picazón, y no forma vesículas claras. El granito no suele supurar líquido claro ni formar costra amarilla, simplemente se seca y desaparece. Otra pista: el herpes generalmente ocurre en el borde del labio (unión piel y labio) o alrededor, mientras que un grano puede salir en cualquier zona de la piel labial, a veces más hacia la comisura o piel cercana. Si el bulto apareció muy rápido, arde, se convirtió en ampolla y tuviste contacto con alguien con “calenturas”, sospecha herpes. Si es más bien como un barro que salió donde hay un poro, probablemente sea acné. Ante la duda, un médico puede confirmártelo con la observación e incluso pruebas de laboratorio si fuera necesario.
Depende totalmente de la causa. Algunos granitos o mucoceles pequeños pueden desaparecer en cuestión de días a 1-2 semanas espontáneamente. Un herpes labial típicamente se cura en aproximadamente 7 a 14 días (1 a 2 semanas) desde que aparece hasta que cae la costra. Las aftas internas suelen durar cerca de una semana. Un bulto alérgico puede bajar en horas o un par de días. Por otro lado, quistes más grandes o fibromas pueden persistir semanas e incluso requerir extirpación si no ceden. Si un bulto es por cáncer (raro), no desaparecerá por sí solo y más bien tenderá a crecer con el tiempo. Por eso, como regla general me digo a mí misma y a mis pacientes: “Si un bulto no muestra señales de mejora en 14 días, hay que investigarlo”. Muchas lesiones benignas habrán sanado en ese periodo. Así que observa ese plazo aproximado. Claro que, si sabes que es herpes porque ya te ha pasado, no necesitas correr al médico en cada episodio a los 14 días exactos; pero si cualquier lesión supera las 2-3 semanas sin cambios o empeora, toca evaluarla.
Algunos signos de alarma a considerar: (1) Persistencia más allá de 2-3 semanas sin mejora, (2) Crecimiento rápido o cambio de aspecto (se pone irregular, cambia de color, se ulcera, sangra fácilmente al tocarlo), (3) Dureza inusual al palpar y bordes mal definidos, (4) Falta de dolor en una lesión que uno pensaría que debería doler (por ejemplo, una llaga grande que no duele nada podría ser sospechosa, como en el caso del chancro sifilítico o alguna lesión cancerosa inicial que suele ser indolora al principio), (5) Síntomas sistémicos: pérdida de peso, ganglios endurecidos en cuello, etc., que acompañen al bulto. También cuenta la ubicación y factor de riesgo: un bulto en el labio de una persona mayor fumadora que lleva un mes ahí es más preocupante que un bultito en alguien joven que apareció ayer tras morderse. En resumen, debes preocuparte (y consultar) si ves que el bulto no cicatriza, va a peor, o tiene características anormales. No significa que vaya a ser algo maligno, pero son banderas rojas que necesitan evaluación médica.
No! Salvo que estemos 100% seguros de que es un granito de acné muy superficial (y aun así, lo mejor es no exprimirlo), en general no se debe manipular ni reventar los bultos labiales en casa. ¿Por qué? Primero, porque puedes empeorar la lesión: al presionar puedes romper tejidos alrededor y provocar más inflamación, prolongando la curación. Segundo, la boca y los dedos tienen bacterias; al pinchar o exprimir podrías causar una infección secundaria encima de lo que ya tenías. Tercero, si fuese una ampolla de herpes, al reventarla liberas líquido lleno de virus y puedes auto-contagiarte a otras áreas o contagiar a otros. Si fuese un quiste profundo, al intentar drenarlo podrías no conseguirlo y generar una herida innecesaria. Conclusión: no es buena idea pinchar, cortar, ni apretar el bulto por tu cuenta. Las únicas “maniobras” caseras permitidas serían aplicar compresas tibias en un granito para ayudar a que drene solo, o succionar ligeramente con hielo en caso de picadura para la hinchazón, cosas así que no involucren agujas ni uñas clavadas. Deja ese trabajo a los profesionales si es necesario. Por experiencia te digo: he atendido varios abscesos e infecciones en labios por manipulaciones caseras – mejor evitar ese mal rato.
Sí, es posible pero poco frecuente. Justamente muchas lesiones cancerosas no duelen en fases iniciales. Por ejemplo, el cáncer de labio suele empezar como una llaga indolora que no cura. La ausencia de dolor no garantiza que sea benigno; de hecho el chancro de sífilis y el cáncer comparten esa característica de ser lesiones firmes y generalmente no dolorosas de inicio. Pero calma: la probabilidad de que tu bulto resulte ser un cáncer es muy baja, especialmente si no tienes factores de riesgo fuertes (edad avanzada, fumador importante, etc.). Lo que sí debes hacer es no bajar la guardia solo porque “no duele”. Observa otros aspectos: duración, aspecto, factores de riesgo como mencionamos. Si encaja con algo benigno (por ejemplo, un mucocele no duele y es benigno), perfecto; pero si no sabes qué es, mejor que un médico lo revise. En resumen: no te confíes solo en la falta de dolor como indicador de benignidad. Usa un criterio más amplio o consulta, porque lamentablemente las lesiones malignas iniciales suelen ser silenciosas.
Esta es una buena pregunta. La elección del especialista puede depender de tus accesos y de la naturaleza del bulto:
En muchos casos, sí podemos tomar medidas preventivas. Dependerá de la causa predisponente:
No siempre podremos evitar al 100% que salga un bultito (a veces simplemente ocurren), pero siguiendo estos consejos de prevención reducirás bastante las probabilidades y, en caso de que aparezca, tu organismo estará más preparado para sanar rápido.
Espero que esta explicación en primera persona te haya ayudado a entender las posibles causas de ese bulto en el labio por fuera que te inquieta. Hemos visto que la mayoría de las veces se trata de algo benigno y temporal, como un herpes labial, un granito, un quiste de mucosa o una pequeña reacción, y que cada problema tiene su solución y cuidados específicos. Como profesional, mi objetivo es que te sientas informado/a y tranquilo/a, sabiendo qué observar y cómo actuar. Ante cualquier duda o síntoma que no encaje en lo normal, no dudes en consultar – más vale una revisión de más que quedarse con la intranquilidad. Tus labios, al igual que el resto de tu cuerpo, merecen atención y cuidado. ¡Gracias por leer y cuida esa sonrisa!
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