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¡Hola! Soy Andrés Rubio odontólogo y sé de primera mano que, tras un empaste dental, una de las dudas más frecuentes de mis pacientes es “¿se puede comer después de un empaste?”. Si acabas de salir del dentista con una caries arreglada, te entiendo: es normal sentir cierta preocupación sobre cuándo y cómo volver a comer con seguridad.
En este artículo te explicaré todo lo que necesitas saber sobre la alimentación y los cuidados posteriores a un empaste dental. Te daré consejos claros y prácticos basados en mi experiencia como odontólogo, para que puedas volver a tu rutina con tranquilidad y sin miedo a dañar tu diente recién tratado. ¡Vamos a ello!
Después de un empaste dental, sí se puede volver a comer, pero el momento adecuado dependerá principalmente de la anestesia y del tipo de empaste. Te explico:
Lo más importante es que no comas mientras tengas la boca dormida. Cuando sientas tu boca despierta y activa de nuevo, podrás masticar. Eso sí, la primera comida tras el empaste hazla con calma: toma bocados pequeños, mastica despacio y, si puedes, usa el lado opuesto al diente tratado durante las primeras horas. Esto te ayudará a proteger el empaste reciente y a evitar molestias.
Quizás hayas oído que depende del tipo de material de empaste el tiempo de espera para comer. Y es cierto, no todos los empastes son iguales en este sentido:
¿Y si no sabes qué tipo de empaste tienes? No te preocupes, seguramente sea de composite (es del color del diente). Tu dentista te lo habrá indicado. En todo caso, si fue amalgama, es muy probable que te haya dado instrucciones específicas de esperar un día antes de masticar por esa zona.
Nota: Hoy en día la mayoría de empastes son de composite, así que en general podrás volver a comer el mismo día. La clave está en seguir las recomendaciones que vienen a continuación sobre qué alimentos elegir y cuáles evitar, para proteger tu diente y tu empaste nuevo.
Una vez pasado el efecto de la anestesia, llega la pregunta: “Muy bien, ya puedo comer… ¿pero qué como?”. Tras un empaste conviene ser selectivo con la comida al menos durante las primeras 24 horas, principalmente para evitar molestias y cuidar la restauración. Aquí te guío sobre alimentos recomendados y alimentos a evitar justo después de tu empaste:
Las primeras comidas conviene que sean de textura blanda o suave, fáciles de masticar sin ejercer mucha presión. Algunas buenas opciones son:
Estos alimentos te permitirán alimentarte sin casi masticar. Procura que estén a temperatura tibia o ambiente. Las comidas ni muy calientes ni muy frías serán más cómodas para tu diente empastado, reduciendo riesgo de sensibilidad.
Así como hay comidas recomendables, también hay alimentos que es mejor evitar temporalmente tras tu empaste, sobre todo en las primeras horas o el primer día:
En general, usa el sentido común: alimentos muy duros, muy pegajosos o extremos en temperatura/sabor son los menos indicados el día de tu empaste. ¡Tranquilo!, será solo por un tiempo corto. En cuanto todo esté estable (normalmente al día siguiente), podrás ir volviendo a tu dieta habitual gradualmente.
Además de la alimentación, hay otros cuidados post-empaste importantes para garantizar que tu diente sane bien y el empaste dure mucho tiempo. A continuación te detallo qué más debes tener en cuenta una vez sales de la clínica dental con tu empaste nuevo:
En definitiva, después de un empaste tu vida puede seguir normal, solo que con un poquito más de cuidado los primeros días. Sigue estas recomendaciones y tu diente se recuperará pronto, manteniendo el empaste firme y funcional.
Lo recomendable es esperar aproximadamente 2 horas o hasta que se pase el efecto de la anestesia antes de comer o beber. Si no te pusieron anestesia, con esperar unos 30 minutos suele bastar. En cualquier caso, asegúrate de que ya sientes la boca normal (sin adormecimiento) para evitar morderte accidentalmente. Después de ese tiempo, puedes comer con normalidad, empezando por cosas suaves y evitando extremos al menos durante el resto del día.
Puedes comer alimentos de textura blanda o suave y a temperatura templada. Por ejemplo: sopas, purés, yogur, huevos revueltos, pescado suave, arroz bien cocido, pasta blanda, frutas maduras como plátano, etc. Estos alimentos requieren poca masticación y serán gentiles con tu diente tratado. Además, comienza masticando por el lado opuesto al empaste. Conforme pasen las horas y te sientas cómodo, podrás ir introduciendo tu alimentación habitual.
En las primeras 24 horas evita alimentos muy duros (caramelos, frutos secos, hielo, pan tostado), pegajosos (chicles, toffee, gominolas), y comidas o bebidas muy calientes o muy frías. También limita aquellos muy azucarados o ácidos que puedan causar sensibilidad. Bebidas como el café, té negro, vino tinto o refrescos de cola (que pueden manchar el empaste de composite) mejor dejarlas para el día siguiente, o al menos unas horas después del tratamiento. Y no consumas alcohol ni tabaco inmediatamente tras el empaste (espera un día si es posible).
Lo más prudente es esperar 24 horas antes de tomar alcohol. Justo al salir del empaste podrías tener anestesia en tu cuerpo o haber tomado algún analgésico, y el alcohol puede interferir con estos, causando mareo o aumentando la sensibilidad. Además, el alcohol reseca la boca, lo que no ayuda en la recuperación. Pasado un día, si te encuentras bien, puedes beber moderadamente. Siempre escucha las indicaciones de tu dentista si te ha dado recomendaciones personalizadas.
Sería mejor que no fumes durante las primeras 24 horas posteriores al empaste. Fumar tan pronto puede irritar la zona tratada, aumentar la sensibilidad del diente y manchar el empaste nuevo (la nicotina puede amarillear incluso los empastes blancos). También el efecto del anestésico junto con el tabaco puede hacer que te muerdas sin querer. Lo ideal es dar un respiro a tu boca al menos hasta el día siguiente. Si sientes mucha ansiedad por fumar, espera al menos a que pase el entumecimiento total y hazlo con sumo cuidado.
¡Sí, por supuesto! Debes continuar con tu higiene bucal habitual incluso el mismo día del empaste. Eso sí, hazlo con suavidad. Usa un cepillo de cerdas suaves y cepilla delicadamente alrededor del diente empastado. No hace falta que restriegues directamente sobre el empaste con fuerza, simplemente limpia con movimientos suaves, como masajeando. También puedes usar hilo dental con cuidado para retirar restos entre dientes. Mantener la zona limpia ayuda a que cicatrice antes cualquier pequeña inflamación y previene infecciones o caries alrededor. Evita enjuagues fuertes con alcohol el primer día (podrían picar), mejor uno suave o agua con sal. Después de 24 horas, puedes retomar tu rutina normal de cepillado y enjuague.
Algo de sensibilidad dental es totalmente normal tras un empaste, especialmente al frío, calor o al masticar cosas duras. También puedes notar la encía un poco resentida por la inyección de anestesia. Estas molestias suelen ser leves y temporales, mejorando en pocos días. Un analgésico de venta libre (como ibuprofeno o paracetamol) puede aliviar cualquier dolorcito las primeras 24-48 horas. Si el dolor fuera intenso, durara muchos días o empeora en vez de mejorar, entonces no es normal: deberías contactar con tu dentista para una revisión, ya que podría indicar un problema (por ejemplo, el empaste muy alto, o una inflamación pulpar bajo el empaste).
Si al pasar los días notas que algo no va bien, por ejemplo: el empaste se siente flojo, sobresale, sigues con mucha sensibilidad después de un par de semanas, o incluso en un caso poco común se desprende una parte al comer, debes acudir al dentista lo antes posible. Aunque no es frecuente que un empaste recién hecho se caiga, puede ocurrir si la cavidad era muy grande o por alguna interferencia. No intentes arreglarlo en casa. Guarda el fragmento si se cayó alguno y ve a la clínica. Tu odontólogo evaluará y reparará el empaste si hace falta, y así te aseguras de mantener tu diente sano. Ante cualquier duda o síntoma fuera de lo común, ¡consulta con tu dentista de confianza! Más vale revisar y quedarte tranquilo.
En conclusión, sí se puede comer después de un empaste, solo que con ciertas precauciones iniciales. Espera a no estar anestesiado, comienza con alimentos suaves, evita esfuerzos extremos sobre el diente recién tratado y mantén una buena higiene. Verás que en muy poco tiempo estarás comiendo de todo como siempre, sin molestias y con tu diente ya sano.
Recuerda que cada persona y cada tratamiento pueden ser un poco diferentes. Siempre sigue las instrucciones específicas que te haya dado tu dentista, ya que él/ella conoce tu caso particular. Si algo no te quedó claro o sientes alguna incomodidad inusual, no dudes en llamar o acudir a tu dentista. Como odontólogo, te puedo asegurar que preferimos resolver tus inquietudes y revisar cualquier molestia antes de que te quedes con preocupación en casa.
Tu salud bucodental es lo primero. Con estos consejos, espero haberte ayudado a dissipar tus dudas y que te sientas más seguro a la hora de comer después de tu empaste dental. ¡Buen provecho y cuida esa sonrisa!
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