
¿Notas un sabor salado persistente en la boca? Te explicamos por qué ocurre, sus causas más comunes (boca seca, medicamentos, encías) y cómo eliminarlo de forma efectiva.

¿Buscas dientes fijos sin cirugía? Te explico qué es una dentadura postiza fija sin implantes, tipos, ventajas, desventajas, precio, duración y cuidados. ¡Recupera tu sonrisa sin implantes!
Hola, soy Luis Leiva experto en Implantología y Prostodoncia en Cleardent. Hoy te quiero hablar sobre un tema que muchos pacientes nos consultan: la dentadura postiza fija sin implantes. Si has perdido dientes pero no deseas (o no puedes) recurrir a la cirugía de implantes dentales, ¡no estás solo! Existe una alternativa que te permite tener dientes fijos y una sonrisa estable sin necesidad de tornillos en el hueso. A continuación, te explicaré de forma clara y cercana en qué consiste este tratamiento, sus tipos, ventajas, desventajas, costes, cuidados y más. Mi objetivo es que, al terminar de leer, tengas más información que en cualquier otro sitio web y te sientas seguro sobre la opción que mejor se adapta a ti. ¡Vamos a ello!
Una dentadura postiza fija sin implantes es una prótesis dental diseñada para reemplazar dientes perdidos de forma permanente, pero sin utilizar implantes dentales como soporte. En lugar de anclarse mediante tornillos de titanio en el hueso como hacen los implantes, este tipo de prótesis se sujeta a los dientes naturales remanentes del paciente o a estructuras especiales preparadas sobre ello. Dicho de otro modo, aprovecha tus propios dientes sanos como “pilares” para fijar dientes artificiales en las zonas donde los necesitas.
A diferencia de las dentaduras tradicionales removibles (esas que popularmente se llaman “placas” o “postizos”), la prótesis fija sin implantes queda cimentada o adherida en la boca de forma estable. No puedes quitártela y ponerla libremente; solo el dentista podría retirarla en consulta si fuera necesario. Esto brinda una mayor sensación de tener “dientes de verdad”, ya que la dentadura permanece en su sitio al comer, hablar o sonreír. Muchos pacientes lo describen como “volver a tener dientes fijos sin pasar por un quirófano”. Es importante destacar que para poder colocar una prótesis fija sin implantes debe haber antes dientes naturales presentes que sirvan de apoyo. Si no te queda ningún diente en la arcada, entonces esta alternativa no sería viable (en ese caso las opciones serían una dentadura completa removible convencional o bien optar por implantes).
Estamos hablando de prótesis dentales fijas sobre dientes naturales. Algunos sinónimos o formas en que también se le conoce incluyen puente dental fijo, prótesis fija sobre dientes (cuando se sobreentiende que es sobre dientes y no sobre implantes). Ahora que ya sabes qué es, profundicemos en los tipos disponibles y sus características específicas.
No todas las dentaduras postizas fijas sin implantes son iguales. Principalmente, existen dos formas comunes de lograr que los dientes postizos queden fijos sin recurrir a implantes:
Esta es la opción más frecuente cuando falta uno o varios dientes consecutivos. Un puente dental fijo es una prótesis formada por varios dientes artificiales unidos entre sí, que se “ancla” tomando como apoyo los dientes naturales adyacentes al espacio vacío. Imagina que te falta una pieza dental: el dentista tallará (limará dientes vecinos a ese hueco y colocará sobre ellos unas coronas unidas a un diente postizo intermedio que ocupa el lugar del diente ausente. Así, las dos piezas naturales talladas actúan como pilares que sostienen el diente artificial en medio. El resultado es un conjunto de 3 coronas unidas (o más, si reemplazamos varios dientes) que quedan cementadas de forma permanente en la boca del paciente. Los puentes dentales permiten reponer tramos cortos de dientes perdidos de manera fija y estable. Al estar cementados, el paciente no puede retirarlos, solo el odontólogo en consulta puede hacerlo si se requiere mantenimiento.
Características: Los puentes requieren tener dientes sanos a cada lado del espacio a reponer, ya que estos dientes serán los soportes. Es necesario rebajar algo esos dientes pilares (incluso si están sanos) para hacerles espacio a las coronas del puente. Por los dientes pilares se les realiza endodoncia (tratamiento de nervio) antes de colocar el puente, para evitar sensibilidad tras el tallado. El material del puente puede ser metal-cerámica (estructura metálica interna recubierta de porcelana) o cerámica pura/zirconio, siendo estas últimas más estéticas. Un puente bien hecho queda fijo y suele ser imperceptible a la vista, ya que se confecciona del color y forma de tus dientes naturales. Suele usarse cuando faltan pocas piezas en una arcada.
Cuando la pérdida de dientes es más extensa (por ejemplo, te faltan la mayoría de las muelas, o todos los dientes de una arcada menos algunos pocos), existe la posibilidad de realizar una prótesis completa fija apoyada en los dientes naturales restantes. Este caso es menos común, pero puede darse en pacientes que conservan algunos dientes o raíces fuertes y quieren evitar una dentadura removible. Básicamente, los pocos dientes naturales que quedan y actúan como pilares en puntos estratégicos de la arcada, y sobre ellos se coloca una estructura protésica que reemplaza todos los demás dientes ausentes.
Esta prótesis puede diseñarse de varias formas: a veces se realiza como un puente muy grande que abarca toda la arcada y se cementa a los dientes pilares. Otras veces se emplean sistemas de retenedores o anclajes especiales (como coronas con attaches, barras, o sistemas de doble corona telescópica) en esos dientes naturales, y la dentadura encaja sobre ellos quedando fija durante el uso pero pudiendo ser retirada para limpieza profunda. En este último caso podríamos llamarla “prótesis fija-removible”, ya que el paciente podría desmontarla ocasionalmente para higienizarla aunque en el día a día permanezca estable en la boca. Un ejemplo clásico son las sobredentaduras sobre raíces: se conservan algunas raíces dentales (por ejemplo, caninos) a las que se les coloca un anclaje tipo botón o barra, ganando mucha estabilidad.
Características: Este tipo de prótesis fija sobre dientes remanentes ofrece una solución más permanente y estable que una dentadura removible completa. Se sujeta firmemente gracias a los dientes naturales que quedan, evitando el uso de implantes. Es importante que esos dientes remanentes estén en buen estado (generalmente se les realiza endodoncia y se refuerzan con coronas o anclajes de metal). Logra recuperar toda la arcada dentaria sin placas sueltas ni necesidad de adhesivos diarios. Sin embargo, su elaboración es más compleja y requiere mucha precisión en los ajustes.
Aunque cuando hablamos de “dentadura postiza” solemos referirnos a reemplazar dientes que faltan, vale la pena mencionar que una sola corona fija sobre un diente dañado es también una prótesis fija sin implante. En este caso, si el diente aún está presente pero muy deteriorado (por caries o fractura), el dentista lo talla y coloca encima una corona (funda) a medida. De esta forma se salva el diente sin extraerlo ni necesitar implantar nada. Esta solución no reemplaza un diente ausente, sino que reconstruye uno propio dañado, pero la menciono porque forma parte de las prótesis fijas tradicionales. Muchas veces, de hecho, los puentes fijos incluyen coronas en los dientes pilares y dientes artificiales intermedios.
Como ves, las opciones van desde puentes parciales para unos pocos dientes hasta prótesis completas fijas apoyadas en dientes (cuando es posible). Cada tipo tiene sus indicaciones según cuántos dientes falten y el estado de los que quedan. Más adelante veremos para quién es adecuada cada opción. Antes, hablemos de algo fundamental: ¿qué ventajas ofrece optar por una dentadura fija sin implantes, y qué posibles inconvenientes tiene comparada con los implantes dentales tradicionales?
Elegir una prótesis fija sobre dientes naturales en lugar de implantes conlleva varios beneficios a tener en cuenta, especialmente si buscas evitar la cirugía. Aquí te detallo las principales ventajas:
Como puedes ver, las ventajas son numerosas: evitar cirugía, recuperarse antes, ahorrar dinero, ganar comodidad y estética, y poder tratar ciertos casos donde el implante no encaja. Pero para tomar una decisión informada, también necesitas conocer el otro lado de la moneda. ¿Qué desventajas o limitaciones tiene una dentadura postiza fija sin implantes en comparación con los implantes dentales? Te las detallo a continuación con la misma claridad.
Ningún tratamiento es perfecto, y en el caso de las prótesis fijas sin implantes, también existen inconvenientes que debes considerar:
Después de leer esta lista, puede parecer que las desventajas pesan mucho. ¿Entonces, qué es mejor: puente o implante? La realidad es que cada caso es único. Si tienes los dientes vecinos dañados o pocas piezas ausentes, un puente fijo puede irte de maravilla y durarte décadas; si tus dientes vecinos están sanísimos y solo perdiste uno, quizá un implante sea preferible. En nuestras clínicas siempre evaluamos cuidadosamente estos factores antes de recomendar una opción. Lo importante es que conozcas los pros y contras. Muchos pacientes nos dicen: “Doctor, no quiero implantes porque me da miedo la cirugía”. En esos casos valoramos puentes, pero también explicamos: “Mira, tendremos que tallar estos dos dientes”. Al final, tomamos la decisión conjuntamente, priorizando la salud y preferencias del paciente.
Ahora que hemos visto pros y contras de esta alternativa, profundicemos en cómo es el proceso de colocación, cómo se sujeta, para quién está indicada exactamente, y otras dudas prácticas.
Te preguntarás, ¿y cómo es el procedimiento para conseguir estos dientes fijos sin implante? Te lo explico paso a paso de forma sencilla. El proceso de colocación de una prótesis fija sobre dientes suele incluir las siguientes etapas:
Evaluación inicial y planificación: Primero, el odontólogo realiza una evaluación completa de tu boca. Se revisa qué dientes faltan, cuáles quedan y en qué estado están, salud de encías, cantidad de hueso, mordida, etc. Con ayuda de radiografías o escáner 3D se determina si los dientes remanentes son viables para soportar la prótesis. También se toman impresiones o escaneos digitales iniciales para estudiar el caso. En esta cita, te comentamos qué opciones tienes (puente, removible, implante) y definimos el plan si decides seguir adelante con la prótesis fija sin implantes.
Preparación de los dientes pilares: Si se opta por un puente fijo, en la siguiente cita se preparan los dientes naturales adyacentes al/los espacio(s) desdentado(s). Esto implica tallarlos, es decir, desgastar una pequeña cantidad de esmalte alrededor para crear espacio donde irá la corona del puente. Se suele hacer con anestesia local, de modo indoloro. Si alguno de esos dientes necesita un tratamiento (por ej., endodoncia o reconstrucción) se realiza en este paso. En caso de prótesis completa sobre pocos dientes, también se tallan o acondicionan esos dientes remanentes y posiblemente se toman medidas para ponerles coronas con anclajes.
Toma de impresiones y diseño de la prótesis: Tras tallar, se toman moldes precisos de tu boca (con pasta de impresión o mediante escaneo intraoral digital). Se registra tanto los dientes preparados como la mordida con los dientes opuestos. Con esta información, el técnico de laboratorio diseña la prótesis a medida para que encaje perfectamente en el/los espacio(s) a reponer. Hoy en día, este diseño puede ser asistido por ordenador (CAD/CAM), logrando un ajuste muy preciso. Aquí se elige el material, color y forma de los dientes artificiales para que combinen con tu sonrisa. Mientras se fabrica la definitiva, el dentista suele colocar una prótesis provisional (por ejemplo, un puente temporario acrílico) para que no estés sin diente durante la espera.
Colocación de la prótesis fija: En la cita final, cuando la prótesis definitiva está lista, se procede a colocarla en tu boca y ajustarla. El dentista la prueba primero, verifica que el ajuste, la mordida y la estética sean correctos. Si todo está bien, se cementa o adhiere la prótesis a los dientes pilares previamente preparados. El cemento dental usado es especial y de alta resistencia (puede ser un cemento de resina de última generación que fija fuertemente la estructura al diente). Una vez fraguado el cemento, ¡listo! Ya tienes tus nuevos dientes fijos. Se hacen comprobaciones finales de la mordida (oclusión) para asegurar que al cerrar encaja cómodamente. El paciente no suele notar dolor; a lo sumo una pequeña sensación de presión durante el cementado.
Revisiones y ajustes posteriores: Tras la colocación, se programan visitas de control para revisar que todo vaya bien. En ocasiones, puede necesitarse algún ajuste mínimo una vez te acostumbras a masticar con la prótesis (por ejemplo, rebajar un punto que toque fuerte). También se revisa la higiene y se te enseña a limpiar correctamente debajo del puente. Estas revisiones son clave para el éxito a largo plazo. En general, recomendamos una visita de control a la semana o dos de colocarla, otra al mes, y luego ya incorporar la revisión periódica semestral o anual habitual.
En cuanto a cómo se sujeta exactamente: en los puentes fijos la sujeción es puramente mecánica y química mediante el cemento. Es decir, la prótesis queda pegada a los dientes, haciendo un efecto similar al de un “diente encapsulado”, por lo que no se mueve en absoluto al estar firmemente unida a los pilares. En las prótesis con retenedores especiales, la sujeción puede ser por enclavamiento o fricción: por ejemplo, retenedores tipo clip metálico interno que engancha en una corona, o sistemas macho-hembra. Estos attachments logran una sujeción muy firme pero permiten desenganchar la prótesis tirando con cierta fuerza (normalmente lo haría el dentista en clínica para limpiarla; algunos sistemas permiten que el paciente la retire en casa si así se indica). En cualquier caso, mientras la dentadura está colocada, su estabilidad es alta.
Una pregunta frecuente es: ¿se nota rara al principio? La respuesta: puede requerir un breve periodo de adaptación, como cualquier elemento nuevo en la boca. Al inicio es normal sentir la zona un poco extraña o abultada, pero generalmente la adaptación a una prótesis fija es más rápida que a una removible. En unos días la mayoría de la gente la siente como parte de su boca, especialmente al notar que no se mueve. Si llegas a sentir ligera dificultad para pronunciar algún sonido los primeros días o una leve presión, es transitorio. Con el paso del tiempo y siguiendo las indicaciones del dentista, tu lengua y musculatura se acostumbran. Lo importante es que, a diferencia de una dentadura removible, no tendrás úlceras por roce ni se te caerá al hablar. Nuestro consejo es siempre comunicar cualquier molestia al especialista en las revisiones para que pueda ajustarla y dejarla perfecta. En Cleardent estamos muy pendientes de ese proceso de adaptación, porque queremos que estés cómodo al 100% con tu nueva dentadura fija.
Luego de conocer todo lo anterior, quizás te preguntes: “¿Soy yo un candidato ideal para este tratamiento?” Veamos en qué casos recomendamos una dentadura postiza fija sin implantes y en cuáles quizás no:
Ahora, ¿cuándo NO estaría indicada? Principalmente en:
En síntesis, la indicación principal es: adulto que ha perdido algunas piezas pero conserva otras aptas para soporte, y/o que no desea o no puede ponerse implantes. Dentro de ese grupo, habrá que afinar qué diseño conviene según cuántos dientes faltan. Lo más adecuado es siempre que un dentista evalúe tu caso individualmente. En Cleardent, por ejemplo, realizamos un estudio personalizado en la primera visita (que es gratuita) para determinar la mejor opción para ti, ya sea un puente, un implante o la combinación más adecuada.
Este punto es muy importante para muchos: ¿cuánto cuesta este tratamiento y cuánto tiempo dura antes de tener que reemplazarlo? Voy a darte cifras y datos realistas, siempre teniendo en cuenta que pueden variar según cada paciente, clínica y materiales.
El coste dependerá principalmente de cuántas piezas hay que reemplazar y qué tipo de prótesis se realiza. No es lo mismo un pequeño puente de 3 unidades que rehabilitar casi toda la arcada superior con un puente grande segmentado. También influye el material elegido (porcelana fusionada a metal suele ser más económica que zirconio puro, por ejemplo) y la complejidad (si hay endodoncias incluidas, etc.).
Para darte una idea general, podríamos decir que en España un puente dental fijo de 3-4 piezas (reponiendo 1 o 2 dientes ausentes) puede costar alrededor de 1.100€ a 1.600€ en total, dependiendo del material (metal-cerámica vs. cerámica). Esto coincide con rangos publicados por varias clínicas. Otra fuente señala que un puente fijo puede oscilar entre 800€ y 3.000€, abarcando casos desde pequeños puentes hasta rehabilitaciones mayores.
Por ejemplo, supongamos que te faltan 2 muelas y hacemos un puente de 3 coronas: si cada corona de cerámica sobre diente ronda los 400-500€, estaríamos hablando de 1.200-1.500€ total. Si optas por zirconio (más estético), puede subir un poco (quizá 1.800€ ese puente). Estos números son orientativos; en cada región y clínica varían.
Si lo que necesitas es reponer muchos dientes con prótesis fija apoyada en dientes naturales, el coste aumentará proporcionalmente al número de piezas involucradas. Un caso extenso (por ejemplo, prótesis fija completa de 12 piezas sobre algunos dientes remanentes) podría irse a varios miles de euros, fácilmente 4.000€ a 6.000€ o más, porque implica mucha labor protésica. A veces, en casos así, se combinan segmentos de puentes. De nuevo, es algo muy personalizado.
Comparativamente, los implantes dentales son más costosos: un solo implante con corona suele costar en torno a 1.200€-1.800€ (por unidad). Si te faltan 3 piezas separadas, 3 implantes podrían suponer >3.000€. En cambio un puente de 4 piezas para esas 3 ausencias podría salir 1.500€. También una dentadura completa removible (la clásica “placa” sin implantes) es mucho más barata, en torno a 800-1000€ por arcada, pero claro, no es fija. Como ves, en términos de precio, el puente fijo se sitúa en un punto intermedio: más caro que una dentadura removible, pero más económico que una rehabilitación con múltiples implantes.
Otro factor a considerar son los costes de mantenimiento. Un puente fijo no suele requerir muchos gastos posteriores, excepto tus limpiezas dentales rutinarias. En cambio, los implantes pueden requerir mantenimientos específicos (aunque no demasiado costosos). Si en un futuro lejano hubiera que recementar el puente o repararlo, tendría un coste menor comparado con, por ejemplo, reintervenir un implante que falló.
En Clínicas Cleardent siempre proporcionamos un presupuesto detallado antes de iniciar, adaptado a tu caso. Además, contamos con facilidades de pago para que el coste no sea una barrera para recuperar tu sonrisa.
La longevidad de una dentadura postiza fija sin implantes puede ser muy buena, aunque varía según el paciente (hábitos, higiene, controles). En promedio, se suele decir que un puente bien cuidado puede durar entre 8 y 15 años en buen estado. Muchos llegan a superar los 15 años funcionando correctamente. Algunos pacientes incluso mantienen puentes por 20 años o más, aunque no es lo habitual general.
Veamos datos de estudios: Una investigación y metaanálisis realizados en la Universidad de Berna evaluó la supervivencia de los puentes dentales tradicionales y halló que aproximadamente el 93,8% de los puentes seguían en función a los 5 años, y alrededor del 89,2% seguían funcionando tras 10 años. Esto significa que cerca del 11% había sufrido alguna falla para los 10 años (ya sea por caries en un pilar, desprendimiento, etc.). Ese mismo estudio señala que un 15% de pacientes presentaron alguna complicación en ese periodo (sin que necesariamente perdieran el puente). Son cifras bastante positivas, indicando que la mayoría de los puentes superan la década de vida útil.
Por supuesto, la durabilidad exacta dependerá de: la calidad del material (zirconio tiende a ser muy resistente a fracturas), la pericia en la colocación, y sobre todo, tu higiene y cuidados. Si mantienes una higiene impecable y visitas al dentista regularmente, maximizas la vida del puente. Si descuidas la limpieza y los dientes pilares desarrollan caries o enfermedad periodontal, la duración se acortará.
Comparando con los implantes, estos últimos suelen tener cifras de éxito ligeramente superiores a 10+ años (95-98% a 10 años en muchos estudios). Y hay implantes que duran toda la vida del paciente. Un puente eventualmente puede necesitar recambio: por ejemplo, si a los 15 años uno de los dientes pilares se estropea, quizá haya que retirarlo y hacer un puente nuevo adaptado a la nueva situación (o en ese punto considerar un implante si el hueso lo permite).
Lo bueno es que reemplazar un puente es posible y muchas veces más sencillo que lidiar con un implante fracasado. Lo malo es que, como dijimos, si falla un diente pilar puedes perder varias piezas de golpe (las que sostenía ese pilar). En cualquier caso, 10-15 años es un buen estándar de durabilidad. Con buenos cuidados, podrías tener tu prótesis fija intacta incluso por 15-20 años.
También influyen tus hábitos: pacientes bruxistas (que aprietan o rechinan dientes) pueden acortar la vida de cualquier prótesis por el estrés mecánico, fracturándola o descementándola más fácilmente. En esos casos, se hace un férula de descarga para protegerla. La dieta también influye: morder cosas muy duras (huesos, cascos de marisco) puede astillar la porcelana igual que astillaría un diente natural. Por lo general, comer con normalidad no la daña, pero conviene usar el sentido común y no forzarla con extremos.
Resumiendo: una dentadura fija sin implantes es un tratamiento duradero, pero no necesariamente “de por vida”. Te ofrece muchos años de servicio si la cuidas, y llegado el momento puede rehacerse o plantear alternativas. Y recuerda: incluso los implantes, aunque puedan durar toda la vida, no dejan de requerir mantenimientos y cuidados similares para llegar lejos.
Tener dientes fijos nuevos no significa olvidarse de la higiene; al contrario, requiere mantener (o adoptar) excelentes hábitos de cuidado bucal. La buena noticia es que, al ser fija, la limpieza diaria es similar a la de tus dientes naturales, con algunos detalles adicionales. Aquí van unos consejos prácticos para el cuidado y mantenimiento de tu prótesis fija:
En realidad, cuidar una prótesis fija es muy parecido a cuidar bien tus propios dientes: buena higiene, dieta equilibrada, visitas al dentista y sentido común. Muchos pacientes nos dicen que, tras ponerse el puente, comenzaron a cepillarse incluso mejor que antes, motivados por proteger su inversión. ¡Y es lo ideal! Con esos cuidados, tu dentadura postiza fija se mantendrá en óptimas condiciones, asegurando que tu sonrisa luzca genial y tu mordida funcione sin problemas.
El campo de la prótesis dental ha avanzado mucho en los últimos años, y esto beneficia tanto a las soluciones con implantes como a las prótesis tradicionales sobre dientes. Te cuento algunas innovaciones tecnológicas recientes que hacen que las dentaduras postizas fijas de hoy sean mejores que las de hace décadas:
En definitiva, las prótesis actuales se benefician de la tecnología CAD/CAM, nuevos materiales y mejores protocolos, logrando resultados más precisos, estéticos y duraderos que nunca. Por ejemplo, en Cleardent incorporamos estas innovaciones: usamos planificación digital para prótesis complejas, trabajamos con cerámicas de última generación, e incluso estamos al día en impresión 3D para guías y provisionales. Todo con el fin de que tu experiencia sea óptima y tu nueva dentadura fija se sienta y vea lo más natural posible.
Nada mejor que la voz de la experiencia. A lo largo de mi carrera he visto a muchos pacientes recuperar la sonrisa con puentes y prótesis fijas sobre dientes, y la satisfacción suele ser muy alta cuando el caso está bien indicado. Te comparto algunas reflexiones basadas en opiniones reales y estudios:
En cuanto a salud de encías y otros parámetros, los estudios indican que los dientes pilares de puentes requieren un seguimiento periodontal estrecho, pero con buena higiene el riesgo de pérdida no es significativamente mayor que dientes solos. Las complicaciones más frecuentes en puentes son caries en márgenes y descementado. Ambos se previenen con controles y buen cepillado (volvemos a insistir, porque así lo indican los datos). Conclusión de la evidencia: las prótesis fijas sin implantes son un tratamiento efectivo y seguro a medio-largo plazo, con alta satisfacción si el caso está bien indicado y mantenido.
Las experiencias reales muestran que los pacientes con dentaduras fijas sin implantes suelen estar muy satisfechos con el cambio, notando mejoras en funcionalidad, estética y confianza. Los estudios clínicos avalan que es un tratamiento eficaz, aunque con ciertas limitaciones frente a implantes.
Espero que esta guía te haya sido útil. He tratado de cubrir todos los aspectos importantes: qué es una dentadura fija sin implantes, sus tipos, ventajas, desventajas, proceso, cuidados, costes e incluso las innovaciones más recientes. Queremos que tomes una decisión informada y acertada. Si aún te quedan dudas (que es normal ante tanta información), a continuación te respondo brevemente algunas preguntas frecuentes que suelen hacernos nuestros pacientes sobre este tema.
Es realmente fija en el día a día. Va cementada o adherida a dientes naturales, por lo que no puedes quitarla en casa como harías con una dentadura removible tradicional. Solo el dentista, utilizando instrumental específico, podría retirarla en caso necesario (por mantenimiento o recambio). En algunas prótesis completas sobre dientes con retenedores especiales, la dentadura puede retirarse en consulta o, a veces, por el propio paciente para limpieza, pero mientras está puesta permanece estable y no se mueve al hablar ni comer. En general, cuando hablamos de prótesis fija sin implantes nos referimos a que el paciente no tiene que quitarla ni ponerla diariamente.
Necesitas principalmente tener dientes naturales que puedan servir de soporte. Si te falta uno o pocos dientes, los de al lado deben estar presentes y relativamente sanos (aunque se les haga endodoncia o coronas) para sostener un puente. Si te faltan todos los dientes de una arcada, lamentablemente esta opción no es posible, ya que no hay donde anclarla (ahí se valoraría dentadura removible o implantes). También necesitas tener las encías sanas o tratables, y una mordida que permita la prótesis. Tu dentista evaluará radiográficamente tus dientes remanentes: si están fuertes, ¡adelante! con el puente; si no, podría desaconsejarlo. Esta solución está indicada en pérdidas dentales parciales con dientes adyacentes presentes.
Como explicamos en detalle en la sección de costes, el precio varía según el número de piezas a reponer y la complejidad. Un puente pequeño (por ejemplo de 3 piezas para reemplazar 1 diente) puede costar on promedio entre 1.000€ y 1.500€. Si son más piezas o materiales muy estéticos, puede subir a un rango de 2.000€ a 3.000€. Sigue siendo generalmente más económico que poner implantes equivalentes, ya que un solo implante con corona suele rondar los 1.200-1.800€. Por ejemplo, reemplazar 3 dientes con un puente de 4 piezas (unos 1.500€) es más barato que 3 implantes con 3 coronas (que superarían 3.500€ fácilmente). En rehabilitaciones grandes, un puente extenso puede costar varios miles de euros, pero aun así tiende a ser un 20-40% más barato que la solución con implantes múltiple. Lo mejor es pedir un presupuesto personalizado; en Cleardent, por ejemplo, te damos uno gratis y sin compromiso, desglosando todas las opciones.
Dependerá de los cuidados, pero por lo general dura muchos años. Estadísticamente, cerca del 90% de los puentes tradicionales siguen funcionando bien tras 10 años, y muchos alcanzan 15 años o más de vida útil. Con una higiene excelente y controles periódicos, es posible que te dure 15-20 años. No obstante, no se considera normalmente un tratamiento “de por vida”, pues pueden surgir factores (desgaste, caries en un diente pilar, fractura del material) que hagan necesario repararla o reemplazarla pasado un tiempo. Si eso ocurre, se valora la situación y se puede confeccionar un nuevo puente adaptado. En cualquier caso, los implantes suelen ofrecer una expectativa de duración algo mayor, pero a veces con un puente fijo puedes pasar una o dos décadas sin problema.
La principal ventaja es evitar la cirugía de implantes, con todo lo que ello conlleva: no hay postoperatorio, ni riesgo quirúrgico, ni espera de meses de integración. También supone un ahorro económico importante en muchos casos. Otra ventaja es que el tratamiento es más rápido y sencillo, en cuestión de semanas tienes dientes nuevos, versus varios meses que pueden tomar los implantes con injertos, etc. Además, si conservas dientes naturales, esta opción aprovecha tus piezas en lugar de extraerlas – es más conservadora en ese sentido. Por último, para pacientes con poco hueso o problemas de salud, a veces es la única solución posible para tener algo fijo (porque no podrían ponerse implantes). Esto conlleva: menos invasión, menos coste, más rapidez y posibilidad en casos limitantes. Eso sí, siempre valorando las desventajas ya mencionadas (duración algo menor, hay que tallar dientes, etc.) para tomar la mejor decisión.
Como contrapartida, a largo plazo un puente apoyado en dientes puede no durar tanto como un buen implante (los implantes integrados tienen éxitos del 95-98% a 10 años, ligeramente superiores a los puentes). Además, los dientes pilares pueden deteriorarse: si se carían o enferman, adiós al puente. También implica tallar dientes sanos en ocasiones, lo cual es un “sacrificio” que con implantes no haría falta. Y, muy importante, no evita la pérdida de hueso en las zonas sin dientes, mientras que los implantes sí mantienen ese hueso estimulado. En cuanto a la higiene, un puente requiere más esfuerzo de limpieza bajo los pónticos para prevenir caries o inflamación, mientras que con un implante limpias como un diente más (aunque los implantes también requieren su cuidado). Por tanto, las desventajas serían: posible menor longevidad, necesidad de apoyo en dientes que pueden dañarse, no conserva el hueso y requiere tallado de piezas adyacentes. Aún con todo, en muchos casos estas desventajas son asumibles y manejables si el paciente se compromete con su cuidado.
Principalmente, extremar tu higiene oral diaria. Cepillar minuciosamente después de cada comida, usando cepillos interdentales o hilo especial para limpiar debajo del puente. También acudir a tus limpiezas profesionales y revisiones con la frecuencia indicada (cada 6-12 meses normalmente). Tu dentista verificará periódicamente los dientes pilares y el estado del cemento. Fuera de eso, lleva una vida normal pero evitando hábitos muy bruscos: no morder hielo, no usar tus dientes para abrir cosas, etc. Si bruxas, usar férula nocturna protectora. Y ante cualquier molestia o movimiento del puente, ir al odontólogo inmediatamente. Con esos cuidados, no deberías tener mayores problemas. Piensa que básicamente cuidarás tus “nuevos dientes” igual que los naturales, solo con la diferencia de limpiar debajo de los dientes postizos adheridos. La mayoría de pacientes se adapta bien a esta rutina y la incorpora a su día a día.
¡Sí, absolutamente! De hecho, es bastante común. No son tratamientos excluyentes entre sí. Por ejemplo, si te faltan muchos dientes, podrías tener un puente fijo en un sector de la boca usando algunos dientes de pilar, y en otra zona donde no hay dientes podrías optar por implantes dentales. Incluso hay puentes “mixtos” que combinan un diente natural de un lado y un implante del otro como soportes (aunque esto es técnicamente más complejo por las diferentes elasticidades, se ha realizado en ciertos casos). Lo ideal es planificar integralmente la boca: a veces se recomienda un implante en cierta posición estratégica y puentes en otras. Nuestro equipo en Cleardent suele presentar todas las alternativas y en bastantes planes de tratamiento incluimos una combinación de soluciones para optimizar el resultado funcional, estético y económico. Así que no hay problema en combinar; al contrario, se trata de personalizar. Por ejemplo, un canino tuyo puede soportar un puente de 3 piezas en un lado, mientras que del otro lado, si no hay dientes, pones dos implantes y encima un puente sobre implantes. Al final, lo importante es reponer todos los espacios edéntulos de la forma más adecuada posible, mezclando técnicas si es beneficioso.
En general, no hay ningún problema. Puedes llevar un puente fijo unos años y más adelante decidir reemplazarlo por implantes, siempre y cuando mantengas suficiente hueso. De hecho, algunas personas usan puentes como solución provisional por varios años y luego, cuando su situación económica o de salud mejora, optan por implantes. Al retirar el puente, los dientes pilares quedarán tallados (como muñones) pero se pueden restaurar individualmente o incluso extraer si se prefiriera poner implantes en sus lugares. Eso sí, recuerda que durante el tiempo que llevaste el puente, el hueso bajo los dientes ausentes habrá ido reabsorbiéndose. Cuanto más tiempo pase, puede haber menos hueso disponible para implantes, especialmente en zonas anteriores. Pero normalmente esto se puede compensar con injertos si hiciera falta. Lo importante es que llevar un puente antes no impide colocar implantes después. Simplemente, al planificar ese “cambio”, tu dentista evaluará cuánto hueso hay bajo el puente. A veces recomendamos no esperar demasiados años para dar el salto a implantes si ese es tu plan final, precisamente para no perder hueso. Pero si no, siempre existirá la posibilidad de hacer injertos óseos si fuese necesario.
En definitiva: puedes considerar la prótesis fija sin implantes como una solución reversible; si en un futuro quieres implantes, se pueden hacer sin mayor inconveniente técnico.
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