
La adhesión dental es el proceso fisicoquímico mediante el cual se establece una unión íntima y estable entre los materiales restauradores y los tejidos dentales, fundamentada en mecanismos micromecánicos, químicos o una combinación de ambos, que permite la retención y sellado marginal de restauraciones sin necesidad de diseños cavitarios macrorretentivos.
Este concepto, introducido en la odontología moderna por Buonocore en 1955, revolucionó los paradigmas restauradores convencionales, permitiendo un enfoque más conservador que preserva la estructura dental sana. La adhesión eficaz constituye el pilar fundamental de numerosas técnicas restauradoras contemporáneas, desde restauraciones directas en resina compuesta hasta sofisticadas rehabilitaciones con cerámicas adheridas.
La adhesión dental se fundamenta en principios físicos y químicos que permiten la integración entre materiales restauradores y tejidos dentales estructuralmente diferentes. El mecanismo predominante es la retención micromecánica, donde el adhesivo penetra en microporosidades creadas artificialmente mediante acondicionamiento ácido, formando prolongaciones resinosas o «tags» que establecen un entrelazado mecánico microscópico.
En el esmalte, tejido altamente mineralizado compuesto por 96% de hidroxiapatita, el acondicionamiento con ácido fosfórico al 30-40% durante 15-30 segundos disuelve selectivamente los cristales de hidroxiapatita, creando microporosidades de 5-50 micrómetros de profundidad. Estas irregularidades aumentan significativamente la energía superficial y el área disponible para adhesión, permitiendo que monómeros hidrofóbicos penetren por capilaridad y polimericen in situ, estableciendo una unión mecánica extremadamente resistente.
La adhesión a dentina presenta mayor complejidad debido a su composición heterogénea (70% hidroxiapatita, 20% colágeno, 10% agua), estructura tubular y presencia de fluido dentinario. El acondicionamiento ácido expone la red colágena al disolver la hidroxiapatita, pero simultáneamente aumenta la permeabilidad dentinaria y humedad superficial. Esta humedad intrínseca puede interferir con la infiltración adecuada de monómeros hidrofóbicos, requiriendo estrategias específicas como imprimadores hidrofílicos que facilitan la transición entre la dentina húmeda y los adhesivos resinosos relativamente hidrofóbicos.
La hibridación dentinaria, concepto introducido por Nakabayashi, describe la formación de una zona de interdifusión resina-dentina donde los monómeros infiltran la red colágena expuesta, creando una estructura compuesta ni completamente dentina ni completamente resina, denominada «capa híbrida». Esta interfase de 3-5 micrómetros constituye el principal mecanismo de unión dentinaria y sella los túbulos dentinarios, previniendo sensibilidad postoperatoria y penetración bacteriana.
Los sistemas adhesivos han experimentado una notable evolución, categorizándose actualmente según diferentes criterios:
Según su mecanismo de acción sobre el barrillo dentinario:
Según el número de pasos clínicos:
Según su estrategia adhesiva:
La selección del sistema adhesivo debe considerar diversos factores como el sustrato predominante (esmalte o dentina), tipo de restauración, profundidad cavitaria, riesgo de sensibilidad postoperatoria, y necesidades específicas de resistencia adhesiva según los requerimientos biomecánicos de la restauración.
Los adhesivos universales contemporáneos incorporan monómeros funcionales específicos como 10-MDP (10-metacriloiloxidecil dihidrógeno fosfato), que establecen enlaces iónicos con el calcio de la hidroxiapatita, complementando la retención micromecánica con adhesión química. Esta interacción molecular mejora la estabilidad hidrolítica a largo plazo y reduce la degradación de la interfase adhesiva con el tiempo.
Múltiples variables influyen decisivamente en la calidad y durabilidad de la interfase adhesiva:
Factores relacionados con el sustrato dental:
Factores relacionados con la técnica clínica:
Factores relacionados con el material adhesivo:
El control meticuloso de estos factores resulta fundamental para establecer una interfase adhesiva óptima, particularmente en situaciones clínicas desafiantes como dentina esclerótica, lesiones cervicales no cariosas o preparaciones extensas con mínimo esmalte periférico.
La adhesión dental posibilita un amplio espectro de procedimientos restauradores conservadores:
En odontología restauradora directa:
Las restauraciones adhesivas con resina compuesta permiten preparaciones ultraconservadoras guiadas exclusivamente por la extensión de la lesión cariosa, preservando máximamente estructura dental sana. Este enfoque minimalmente invasivo contrasta radicalmente con los principios tradicionales de extensión preventiva propuestos por Black.
El concepto de sellado inmediato dentinario (IDS) implica la aplicación del sistema adhesivo inmediatamente después de la preparación dentaria en procedimientos indirectos, protegiendo el complejo dentino-pulpar, reduciendo sensibilidad postoperatoria y mejorando significativamente la resistencia adhesiva final de la restauración definitiva.
En odontología estética avanzada:
Las carillas estéticas mínimamente invasivas o «no-prep» se fundamentan enteramente en la adhesión para su retención, permitiendo modificaciones estéticas significativas con mínimo o nulo desgaste dental. La transparencia de materiales cerámicos contemporáneos como disilicato de litio o cerámicas feldespáticas reforzadas depende críticamente de una interfase adhesiva óptima para su integración óptica.
Los sistemas CAD/CAM (diseño y fabricación asistidos por computadora) para restauraciones indirectas han impulsado el desarrollo de materiales específicamente diseñados para técnicas adhesivas, como cerámicas híbridas y polímeros de alta densidad con propiedades mecánicas optimizadas.
En rehabilitación oral compleja:
Las técnicas adhesivas han expandido significativamente las posibilidades de restauración en casos complejos con pérdida vertical de dimensión oclusal, permitiendo rehabilitaciones aditivas que reconstruyen progresivamente la morfología dental sin preparaciones extensas.
Los puentes adhesivos tipo Maryland o Rochette, con aletas metálicas o cerámicas adheridas al esmalte lingual, representan alternativas conservadoras para reemplazo de piezas unitarias, particularmente valiosas en pacientes jóvenes o como restauraciones semipermanentes durante periodos de cicatrización en implantología.
Pese a los significativos avances en adhesión dental, persisten desafíos importantes que impulsan la investigación continua:
La degradación hidrolítica de la interfase adhesiva constituye una limitación fundamental de las restauraciones adheridas. La absorción de agua, hidrólisis de enlaces éster en monómeros resinosos y degradación enzimática del colágeno expuesto por metaloproteinasas dentinarias (MMPs) comprometen progresivamente la integridad adhesiva a largo plazo.
Las investigaciones actuales exploran estrategias para mejorar la estabilidad temporal como:
Los sustratos dentales comprometidos como dentina esclerótica, dentina cariada, esmalte hipomineralizado o tejidos afectados por erosión representan desafíos adhesivos particulares por sus características estructurales y químicas alteradas. El desarrollo de protocolos específicos para estos sustratos constituye una necesidad clínica relevante.
La simplificación técnica con adhesivos «todo en uno» frecuentemente implica compromisos en efectividad adhesiva. La tendencia actual busca equilibrar la simplificación clínica con el mantenimiento de propiedades físicas y mecánicas óptimas, particularmente en términos de estabilidad hidrolítica a largo plazo.
El campo de la adhesión dental continúa en activa evolución, con prometedoras líneas de investigación:
Sistemas adhesivos bioactivos que no solo establecen unión mecánica sino que promueven activamente la remineralización interfacial mediante liberación controlada de iones calcio, fosfato y fluoruro, estableciendo una «interfase remineralizada» más resistente a la degradación.
Adhesivos con capacidad antimicrobiana incorporando monómeros con grupos funcionales antibacterianos como amonio cuaternario o nanopartículas metálicas, que reducen el riesgo de caries secundaria sin comprometer propiedades mecánicas o biocompatibilidad.
Tecnologías de activación alternativas como adhesivos activados por presión, sistemas duales con activación química suplementaria en zonas de difícil acceso a la luz, o tecnologías de polimerización dual que reducen la contracción y optimizan propiedades mecánicas.
Enfoques biomiméticos inspirados en procesos naturales de biomineralización, buscando recrear la estructura jerárquica del complejo dentino-esmalte con interfaces graduales que distribuyen eficientemente el estrés mecánico, emulando la función de la unión dentino-esmalte natural.
Adhesivos autoadhesivos universales para materiales indirectos que eliminen la necesidad de tratamientos superficiales específicos según el sustrato restaurador, simplificando significativamente los protocolos clínicos para cerámicas, metales y materiales híbridos.
La evolución continua en este campo promete expandir aún más las posibilidades de la odontología adhesiva, consolidando el paradigma de máxima preservación estructural con óptimos resultados funcionales y estéticos.
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