2 abril 2025

Dolor en implante dental después de años: causas, síntomas y soluciones

¿Te duele un implante dental años después de su colocación? Descubre posibles causas como la periimplantitis, cómo aliviarlo y cuándo acudir al dentista.

Hola, soy Luis Leiva, odontólogo especializado en implantología. Quiero hablarte sobre un tema que preocupa a muchos pacientes: el dolor en un implante dental después de años de haberlo colocado.

¿Es normal sentir una molestia en un implante dental antiguo?

Te adelanto que no es algo habitual. Un implante bien integrado no debería doler pasados los primeros días tras la cirugía. Por eso, si años después de la colocación de tu implante dental sientes dolor o inflamación, es una señal de alerta de que algo puede andar mal. No te asustes, pero tampoco lo ignores. A continuación, te explicaré por qué puede aparecer dolor tardío, cuáles son las causas más comunes, qué síntomas debes vigilar, y qué pasos seguir para solucionarlo y preservar tu salud bucal. Te hablaré como lo haría con un paciente en mi consulta: con un lenguaje claro, cercanía y todos los detalles que necesitas saber.

¿Por qué duele un implante dental años después de haberse colocado?

Voy a comentarte las posibles causas del dolor en un implante dental antiguo. Algunas son problemas localizados en el propio implante y sus componentes, y otras tienen que ver con cambios en tu salud bucal general a lo largo del tiempo. Entender la causa raíz es clave para darle solución:

Infección tardía o periimplantitis (encía inflamada años después)

La causa número uno de dolor en implantes tardíos es, sin duda, la periimplantitis. ¿Y esto qué es? Básicamente, una infección crónica alrededor del implante. Con los años, si no se mantiene una higiene exquisita, se puede acumular placa bacteriana en la base del implante (donde este se une con la encía y el hueso). Las bacterias pueden irritar e infectar los tejidos circundantes, provocando una inflamación en el implante años después de su colocación.

¿Cómo identificar la periimplantitis?

Suele manifestarse con encías rojas, hinchadas y dolorosas alrededor del implante. A veces notas sangrado al cepillarte o espontáneo, mal sabor de boca o supuración de pus, y en etapas avanzadas el implante puede incluso aflojarse. Este proceso es análogo a la periodontitis en dientes naturales. De hecho, estudios recientes estiman que la periimplantitis afecta aproximadamente a 1 de cada 4 personas con implantes dentales en España a medio-largo plazo, especialmente si no realizan mantenimientos adecuados. Es un problema más común de lo que parece, y compromete el éxito a largo plazo del implante si no se trata a tiempo.

Sobrecarga mecánica: problemas de mordida o bruxismo

Otra causa frecuente de dolor en un implante tras años de uso es de tipo mecánico. Un implante soporta fuerzas cada vez que masticas o aprietas los dientes. Si la carga no está bien distribuida, puede haber una sobrecarga en ese implante. ¿Qué situaciones generan sobrecarga?

  • Mordida desajustada: Si la corona sobre el implante no encaja perfectamente con los dientes opuestos, puede que ese implante esté recibiendo más fuerza de la debida al morder. Con el tiempo, este exceso de presión puede irritar el hueso alrededor o incluso aflojar el tornillo interno, causando dolor al masticar.
  • Bruxismo (rechinar de dientes): Si aprietas o rechinas los dientes por las noches (muchas veces uno ni lo nota), esos micro-traumas constantes pueden afectar a tu implante. El bruxismo genera fuerzas enormes que pueden terminar causando molestias en la estructura del implante y en los tejidos que lo rodean.
  • Prótesis mal ajustada: Relacionado con la mordida, una corona o prótesis mal diseñada puede crear puntos de contacto prematuros. He visto pacientes venir con dolor en la corona sobre el implante y al revisarlo descubrimos que la corona estaba un pelín alta o desajustada, golpeando antes que el resto de dientes. Por suerte, esto tiene solución sencilla ajustando la forma de la corona.

¿Cómo se siente la sobrecarga? Generalmente, dolor o sensibilidad al morder en ese implante, como un “golpe” cada vez que cierras la boca. Puede doler sólo con ciertos alimentos más duros o al apretar fuerte. Si tienes bruxismo, quizás despiertes con el implante sensible. A diferencia de la infección, aquí no suele haber inflamación ni pus, pero sí puede haber algo de molestia en la encía por la irritación constante. En casos prolongados, la sobrecarga podría llegar a causar pérdida ósea alrededor (similar a periimplantitis, pero por trauma mecánico).

“Rechazo” del implante o falta de osteointegración a largo plazo

Hablemos claro: la palabra “rechazo del implante” es algo engañosa. Los implantes de titanio tienen una tasa de éxito altísima y no provocan rechazo inmunológico en la mayoría de personas (no es como rechazar un órgano trasplantado). Sin embargo, en el lenguaje común llamamos rechazo a cuando un implante fracasa y no logra mantenerse fijo en el hueso a largo plazo.

Si tu implante llevaba años bien y de repente empieza a moverse o doler, podría deberse a un fallo tardío en la osteointegración. Esto significa que el hueso que rodea al implante se ha ido perdiendo o nunca llegó a integrarse del todo. Las causas suelen ser las ya mencionadas (infección crónica o sobrecarga). En casos raros, podría haber una reacción del cuerpo al material del implante (súper raro con titanio de grado médico) o algún cambio sistémico que afecte el hueso (por ejemplo, osteoporosis grave sin controlar).

Factores de riesgo de fallo tardío: Además de la mala higiene y el bruxismo, que ya mencioné, hay factores como:

  • El tabaco: Fumar reduce el riego sanguíneo en las encías y dificulta la cicatrización. Los pacientes fumadores tienen muchas más probabilidades de sufrir complicaciones en sus implantes con el tiempo.
  • Diabetes no controlada: Un diabético mal controlado es más propenso a infecciones y a una curación lenta. Esto puede contribuir tanto a periimplantitis como a pérdida ósea alrededor del implante.
  • Enfermedad periodontal previa: Pacientes que han perdido dientes por periodontitis deben tener especial cuidado, porque son más susceptibles a enfermedades periimplantarias también.
  • Calidad del hueso y materiales: Un hueso de mala calidad o insuficiente puede predisponer a que el implante no esté totalmente estable. Y aunque suene increíble, la calidad del implante en sí importa: implantes de titanio de baja pureza o con un diseño no óptimo podrían dar más problemas de integración. (Por eso en nuestra clínica usamos implantes de primeras marcas reconocidas).

Cuando un implante falla o es “rechazado”, duele y se mueve. Notarás que al apretarlo con el dedo o al comer, el implante “baila” ligeramente. El dolor puede ser sordo e intenso porque el hueso alrededor está inflamado.

Problemas en la corona o componentes protésicos (dolor en la corona del implante)

A veces, el implante (el “tornillo” dentro del hueso) está bien, integrado y sin infección, pero duele la parte de arriba, es decir, la corona o prótesis. ¿Cómo puede ser? Aquí van un par de situaciones típicas:

  • Aflojamiento del tornillo de fijación: Entre el implante y la corona hay un tornillo o pilar que los une. Si ese tornillo se afloja con los años (por micro-movimientos al masticar), la corona puede moverse imperceptiblemente. Esto irrita los tejidos y causa dolor o molestia al comer, e incluso un ruido/click a veces. También se puede acumular comida o bacterias si queda un espacio abierto.
  • Fractura de la porcelana o del pilar: Aunque no es muy común, he visto coronas sobre implantes fisuradas que provocan una especie de dolor punzante al masticar, porque la carga no se reparte bien. Igualmente, un pilar intermedio dañado puede generar inestabilidad.
  • Cemento irritante: En coronas cementadas, si quedó exceso de cemento al ponerla, ese cemento puede irritar la encía años después (provocando inflamación localizada).

Estos problemas suelen provocar dolor al morder localizado en ese implante, pero sin signos claros de infección generalizada. La encía puede estar ligeramente inflamada por el trauma mecánico o por acumulación de comida alrededor del corona suelta.

Sea por infección, sobrecarga, fallo del implante o un problema en la corona, el resultado final para el paciente es similar: duele, molesta o da la sensación de que algo no está bien con ese implante que antes ni notabas.

Ahora que sabes posibles causas, veamos qué debes observar y qué pasos seguir para atajar el problema.

Síntomas de alerta: ¿Cuándo debo preocuparme por el dolor de mi implante?

Como odontólogo, siempre le digo a mis pacientes que distingan entre las molestias normales y los síntomas de alarma. Después de la cirugía de colocación de un implante es normal tener dolorcito unos días (3-5 días generalmente, manejable con analgésicos). Pero pasado el periodo de curación, un implante no debería doler. Por eso, cualquier dolor nuevo en un implante que ya lleva meses o años funcionando merece atención.

Presta atención a estas señales de alerta en un implante dental antiguo:

  • Dolor persistente o creciente: Si te duele cada día más, o el dolor no cede con analgésicos comunes. Un leve malestar puede esperar un día, pero un dolor intenso que no baja es motivo para consultar pronto.
  • Inflamación y enrojecimiento de la encía: Mira al espejo la encía alrededor del implante. ¿La ves roja, hinchada o más gruesa que las demás? ¿Hay una bolsa que supura líquido o pus? La inflamación en el implante años después suele indicar infección (periimplantitis) y debe tratarse cuanto antes para que no progrese.
  • Sangrado o supuración: Si al tocar el implante con el dedo o al hilo dental la encía sangra fácilmente, o notas pus/sabor desagradable, es un signo claro de infección activa.
  • Movilidad del implante: Intenta hacer una ligera presión con dos dedos sobre el diente implantado. ¿Se mueve un poquito? Un implante nunca debe moverse (a diferencia de los dientes naturales, que tienen un ligero “juego” por el ligamento periodontal, el implante está anclado al hueso directamente). Si notas movimiento, no lo dudes, acude al dentista. Podría ser que el hueso de soporte se haya perdido en gran medida.
  • Dolor al morder o al apretar los dientes: Como mencioné antes, si sientes un pinchazo o molestia al masticar específicamente con ese diente implantado, podría ser un problema de oclusión o un componente flojo.
  • Fiebre o malestar general: En casos de infección fuerte, podrías incluso tener un poco de fiebre, ganglios inflamados en el cuello o malestar. Esto ya indicaría que la infección está avanzando y el cuerpo lucha contra ella.
  • Exposición del implante o recesión de encía: ¿Notas que se ve como un metal gris en la base del diente implantado que antes no se veía? Eso sugiere que la encía se ha retraído o hay pérdida de hueso, a veces asociado a periimplantitis, y puede venir con dolor o sensibilidad.

En resumen: si tu implante duele y además ves algo fuera de lo común (encía hinchada, sangrado, movilidad, etc.), deberías preocuparte lo suficiente como para pedir cita con tu odontólogo lo antes posible. No significa que vayas a perder el implante sí o sí, pero sí que necesita atención profesional inmediata para evitar que el problema empeore.

Importante: Si el dolor es muy fuerte, súbito y viene acompañado de inflamación significativa, no esperes a que “se te pase”. Hay personas que piensan “bueno, me tomo un ibuprofeno a ver si aguanto”. Mi recomendación es llamar al dentista; muchas clínicas (incluida la nuestra) intentarán hacerte un hueco de urgencia cuando se trata de un implante con dolor agudo, precisamente para salvarlo a tiempo.

Ahora que sabes qué signos vigilar, hablemos de lo más importante: qué puedes y debes hacer, paso a paso, si te duele un implante que llevas años con él.

¿Qué hacer si tengo dolor en un implante dental después de años? (Paso a paso)

Llegamos a la sección práctica. Te empieza a doler ese implante antiguo y ya identificaste quizá alguno de los síntomas mencionados. Te preguntas: ¿Y ahora qué? ¿Qué hago exactamente?. Aquí te guío por los pasos a seguir:

No entres en pánico, pero tampoco lo dejes estar.
Mantén la calma: un implante que duele tiene solución en la mayoría de casos, especialmente si se aborda pronto. Evita caer en pánico pensando que vas a perderlo todo; mejor ocupa esa energía en buscar la solución. Tampoco te resignes a “aguantar”. Lo peor que puedes hacer es ignorar el dolor esperando que mágicamente desaparezca, porque si es infección u otro problema, es muy probable que vaya a más.

Ponte en contacto con tu dentista cuanto antes.
Este paso es clave. Llámanos (o a tu odontólogo de confianza) y comenta los síntomas. Como profesional, cuando recibo esta llamada suelo dar prioridad para ver al paciente lo antes posible, ya que un implante dolorido puede requerir intervención rápida. No te automediques con antibióticos que tengas por casa sin indicación, ni apliques remedios caseros dudosos. Es fundamental evaluar en la clínica qué sucede.

Durante la cita, tu dentista probablemente:

  • Te hará radiografías (una periapical o panorámica) para ver el estado del hueso alrededor del implante y descartar fracturas.
  • Revisará clínicamente la zona, palpando la encía, verificando si hay movilidad, presionando para ver si supura pus, etc.
  • Evaluará tu higiene implantaria (ver si hay mucha placa o sarro acumulado).
  • Te preguntará desde cuándo duele, si has notado cambios recientes (por ej., te colocaron una corona nueva en otro diente, cambios de mordida, traumatismos, etc.).

Sigue el tratamiento que te indique el especialista.
Según lo que encontremos en la evaluación, procederemos de distintas formas:

  • Si es una periimplantitis inicial: Lo más común es hacer una limpieza profunda alrededor del implante. Desinflamar la encía y eliminar las bacterias es primordial. Esto puede incluir raspado y alisado de la superficie del implante (con instrumentos especiales) y aplicación de antisépticos locales. Suelo recetar un colutorio de clorhexidina para usar un par de semanas. Y frecuentemente añadimos un antibiótico oral (como Amoxicilina + ácido clavulánico, salvo alergias) durante 7-10 días para eliminar la infección bacteriana desde dentro. (Nota: cada caso es distinto; el antibiótico se usa si hay signos claros de infección activa).
  • Si es una infección avanzada con pérdida ósea significativa: Además de la limpieza, podríamos necesitar una cirugía de acceso. Esto consiste en levantar la encía alrededor del implante bajo anestesia local para limpiar bien por debajo y evaluar el daño. En casos avanzados, se pueden colocar injertos de hueso o membranas para regenerar el hueso perdido, con el objetivo de salvar el implante. También existen terapias complementarias como la terapia láser de baja intensidad, que algunos estudios sugieren que ayuda a reducir las bacterias y estimular la cicatrización de tejidos periimplantarios.
  • Si el problema es de sobrecarga o componente suelto: Aquí la solución suele ser más sencilla. Por ejemplo, he tenido pacientes con tornillos aflojados; en la misma cita retiramos la corona, limpiamos la rosca, apretamos de nuevo el tornillo con el torque adecuado e incluso lo cementamos o atornillamos con más firmeza. El alivio suele ser inmediato al eliminar el movimiento. Si era por la mordida desequilibrada, ajustar ligeramente la forma de la corona (desgastar puntos altos) puede quitar el dolor. En caso de bruxismo, confeccionaremos una férula de descarga a tu medida para proteger ese implante por las noches.
  • Si se detecta una sinusitis u otro factor externo: A veces el dolor en un implante superior puede coincidir con episodios de sinusitis crónica. En tal caso, trabajaremos conjuntamente con un otorrino si es necesario para tratar la sinusitis, mientras nosotros nos aseguramos de que el implante no esté invadiendo el seno maxilar.
  • Si sospechamos de rechazo o fallo del implante: Cuando el implante está muy móvil y el hueso prácticamente perdido, lamentablemente la opción es retirar el implante. Esto se hace con anestesia local; se desenrosca o extrae cuidadosamente. Posteriormente, limpiamos bien la infección y dejamos que sane. Dependiendo del caso, podemos colocar un injerto óseo y tendremos que esperar unos meses a que todo cure. Pasado el tiempo (6 meses aprox.), podremos colocar un nuevo implante si el paciente lo desea, esta vez asegurando que se controle el factor que hizo fallar al anterior (mejor higiene, control de diabetes, dejar de fumar, etc.). Quitar un implante es el último recurso, pero a veces es la forma de eliminar el foco de infección y dolor de manera definitiva.

Sea cual sea el tratamiento realizado, aliviar el dolor y frenar la causa es el objetivo. Tras el tratamiento inicial, es normal que te demos citas de seguimiento para comprobar que todo va mejorando.

Cuida la zona del implante durante la recuperación.
Después de la intervención o tratamiento que hayamos hecho, te daré una serie de cuidados postoperatorios que son importantísimos para el éxito:

  • Mantén la higiene extrema en la zona: cepíllate suavemente pero a conciencia alrededor del implante, usando un cepillo interproximal si es necesario para limpiar entre la corona del implante y los dientes vecinos. Complementa con enjuague de clorhexidina si te lo receté (ojo, la clorhexidina suele usarse solo temporadas cortas que indique el dentista, no indefinidamente).
  • Toma los medicamentos tal como se te indicó. Si son antibióticos, completa todo el ciclo aunque te sientas mejor a los pocos días, para asegurarnos de eliminar la infección completamente.
  • Evita masticar cosas duras por ese lado mientras estés en proceso de curación. Alimentos blandos y tibios los primeros días ayudarán.
  • No fumes ni bebas alcohol mientras sanas, pues dificultan la recuperación.
  • Aplica frío local externo (hielo envuelto en paño, 10 minutos on/off) si tienes inflamación, durante las primeras 24-48h tras un procedimiento.
  • Descansa y lleva una dieta saludable que aporte nutrientes para la cicatrización (vitamina C, proteínas, etc.).

Siguiendo estas indicaciones, en la mayoría de los casos el dolor irá disminuyendo hasta desaparecer y el implante podrá seguir cumpliendo su función.

Programa revisiones periódicas.
Una vez superado el susto, aprende de la experiencia: no abandones el mantenimiento de tu implante. Acude a las revisiones que te proponga tu dentista para asegurarse de que todo sigue bien. Muchos problemas se evitan detectándolos temprano en esas visitas de control.

Cómo prevenir el dolor o complicaciones en implantes dentales a largo plazo

Después de haber vivido un episodio así, más vale prevenir que curar. ¿Se puede evitar que ocurra dolor en un implante años después? En gran medida, sí. Te comparto las mejores prácticas para el cuidado de los implantes dentales a largo plazo, tal como las recomiendo en mi consulta:

  • Higiene oral rigurosa todos los días: Esto es lo más importante. Un implante no te va a dar caries, ¡pero puede acumular placa y enfermar la encía igual o más que un diente! Cepilla tus dientes y tus implantes al menos dos veces al día con técnica suave pero efectiva. Usa un cepillo interproximal o hilo dental especial para implantes para limpiar los laterales de la corona implantada. Si la placa no se adhiere, no habrá infección. (En nuestras consultas de higiene enseñamos al paciente cómo limpiar sus implantes correctamente, es algo que insisto mucho.)
  • Revisiones periódicas con el dentista y limpiezas profesionales: No es “colocar el implante y olvidarse”. Al menos una vez al año (mejor si cada 6 meses) visita a tu odontólogo para que revise el estado del implante. En esas citas mediremos la profundidad de encía, haremos radiografías de control de ser necesario y detectaremos cualquier inflamación incipiente. También realizaremos una profilaxis o limpieza profesional para eliminar sarro acumulado que tú no puedes quitar en casa. Estudios muestran que los pacientes que mantienen un programa de mantenimiento regular tienen tasas de éxito de implantes mucho más altas.
  • Evitar el tabaco: Sé que lo digo mucho, pero es que el tabaco es enemigo de los implantes (y de tu salud en general). Fumar duplica el riesgo de periimplantitis y fracaso del implante con el tiempo. Si eres fumador, te animaré siempre a reducir y ojalá dejarlo, más aún si te hemos colocado implantes.
  • Controlar enfermedades sistémicas: Si eres diabético, mantén tus niveles de glucosa controlados con la medicación y dieta adecuadas (y avisa siempre a tu dentista de tu condición). Igual con cualquier otra condición que pueda afectar huesos o encías. Un paciente sano y estable tendrá muchas menos complicaciones que uno descuidado en su salud general.
  • Proteger tus dientes e implantes si bruxas: Si has notado desgaste en tus dientes, dolores de mandíbula o te dicen que rechinas por la noche, considera seriamente usar una férula de descarga. Es un dispositivo de resina a medida que se usa al dormir y protege tanto tus dientes naturales como tus implantes de las fuerzas excesivas. Yo mismo uso una y muchos pacientes al principio se muestran renuentes, pero luego agradecen el haberse acostumbrado porque previene muchos problemas.
  • Seguir las indicaciones tras la cirugía de implante: Este punto es para quienes recién se ponen un implante. Si acabas de salir de la cirugía, cumple todas las recomendaciones (medicación, dieta blanda, no enjuagar el primer día, hielo, etc.) porque una buena cicatrización inicial sienta las bases para que ese implante dure. Y no te olvides de quitar los puntos y de las revisiones de primer año, que son cruciales.

El mantenimiento de un implante es muy parecido al de un diente natural, con la diferencia de que el implante es menos tolerante a la placa bacteriana (no tiene el “colchoncito” del ligamento periodontal). Así que higiene top, visitas regulares y hábitos saludables te darán muchas papeletas de tener un implante para toda la vida sin contratiempos.

Conclusión: tu implante puede durar, pero escúchalo si “se queja”

Como odontólogo, me encanta cuando un paciente me dice feliz: “¡Ni me entero de que llevo implante, es como un diente más!”. Eso significa que todo va bien. Y quiero que así sea siempre. Los implantes dentales son de las mejores invenciones en la odontología moderna, con tasas de éxito superiores al 95%. Pero no dejan de ser parte de tu cuerpo, y pueden verse afectados por infecciones o fuerzas, especialmente si no se cuidan correctamente.

Si sientes dolor en un implante dental después de años, no entres en pánico pero tómalo en serio: algo pasa ahí y requiere atención. Las causas principales, como vimos, suelen ser periimplantitis (infección en la encía del implante) o algún problema mecánico. En todos los casos, la solución empieza por visitar al dentista, que identificará la causa y aplicará el tratamiento necesario. Cuanto antes actúes, más probable será salvar tu implante sin mayores complicaciones.

Quiero que sepas que no estás solo/a en esto. Muchos pacientes han pasado por esa inquietud y, atendiendo el problema, han logrado mantener sus implantes sanos. En nuestra clínica, por ejemplo, hemos tratado con éxito casos avanzados de periimplantitis, combinando limpieza, cirugía y seguimiento estricto. Y en los pocos casos donde hubo que retirar el implante, luego colocamos otro con mejor pronóstico tras corregir los factores de riesgo. Es decir, casi todo tiene solución en boca.

Espero haberte ayudado a entender por qué podría dolerte ese implante antiguo y qué hacer al respecto. Mi recomendación final: ante cualquier molestia fuera de lo común en tus implantes, consulta con tu odontólogo de confianza. Más vale revisar y quedarnos tranquilos, que dejar avanzar un problema que luego sea más difícil de solucionar.

¡Gracias por leer! Si te quedó alguna duda, a continuación respondo preguntas frecuentes sobre este tema. Y recuerda: tu sonrisa y tus implantes merecen los mejores cuidados.

Preguntas frecuentes sobre el dolor en implantes dentales años después

¿Es normal que un implante dental duela después de mucho tiempo de haberse colocado?
No, no es normal. Tras la osteointegración (que ocurre en los primeros meses), un implante sano no debería doler. Si años después sientes dolor, generalmente indica un problema como periimplantitis (infección) o sobrecarga. Una ligera molestia temporal podría deberse a irritación puntual, pero el dolor persistente nunca debe ignorarse. Lo adecuado es acudir al dentista para evaluar la causa.

¿Cuáles son las causas de molestia o dolor en un implante dental antiguo?
Las causas más comunes son:

  • Periimplantitis: infección e inflamación de la encía y el hueso alrededor del implante por acumulación de placa bacteriana.
  • Sobrecarga o problemas de mordida: si la corona no encaja bien o hay bruxismo, el implante recibe demasiada fuerza y puede doler.
  • Aflojamiento de componentes: un tornillo interno flojo o una corona mal ajustada pueden generar movimiento y dolor.
  • Fallo del implante (rechazo tardío): en raros casos, el implante pierde integración con el hueso con los años, ya sea por enfermedad sistémica, hueso de mala calidad u otros factores. Cada causa tiene sus matices, pero todas pueden producir dolor. Un dentista podrá determinar cuál es en tu caso con examen y radiografía.

¿Qué debo hacer si tengo inflamación o infección en el implante años después?
Debes visitar al odontólogo cuanto antes. No intentes simplemente tapar los síntomas con analgesia; es importante tratar la causa. El dentista limpiará la zona (a veces con cirugía menor), aplicará antisépticos y probablemente te recetará antibióticos si hay infección. También evaluará cuánto daño hay en el hueso. No manipules demasiado el implante en casa; mantenlo limpio con suavidad y sigue las indicaciones profesionales. Cuanto antes se trate la periimplantitis u otra infección, mejor pronóstico tendrá tu implante.

Me duele la corona sobre el implante al morder, ¿puede ser grave?
El dolor en la corona del implante al morder suele indicar un problema de ajuste, no necesariamente una infección grave. Puede que la corona esté un poco alta, que el tornillo se haya aflojado o que haya inflamación leve en la encía por irritación. Si bien no es tan urgente como una infección con pus, deberías acudir al dentista para ajustar esa corona. Un simple ajuste o reapriete del tornillo suele eliminar el dolor. Ignorarlo sí podría empeorar las cosas (un tornillo muy suelto podría romperse si no se atiende, por ejemplo). Así que aunque no sea una emergencia de un día para otro, conviene resolverlo.

¿Cómo puedo prevenir el dolor o los problemas en mis implantes a largo plazo?
La prevención se basa en:

  • Higiene rigurosa diaria: cepilla alrededor del implante y usa hilo o cepillos interdentales para que no quede placa.
  • Revisiones y limpiezas periódicas: tu dentista detectará a tiempo cualquier inicio de problema y lo solventará antes de que te cause dolor. Hazte limpiezas profesionales al menos 1 vez al año.
  • No fumar: el tabaco incrementa mucho el riesgo de periimplantitis. Dejarlo o reducirlo beneficiará a tus implantes (y encías, y salud en general).
  • Usar férula si bruxas: para no sobrecargar los implantes al apretar los dientes.
  • Mantenerte sano/a: controla condiciones como diabetes, y cuida tu dieta y hábitos. La salud general se refleja en la salud bucal. Siguiendo estos consejos, tus implantes pueden durar décadas sin darte ningún problema serio.
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Luis Leiva Cleardent
Odontólogo
Con una experiencia que abarca desde la odontología general hasta la dirección médica en clínicas de prestigio, el Dr. Leiva Gea es un experto en implantología y prostodoncia, conocido por su profundo conocimiento y habilidad en procedimientos complejos de regeneración ósea. Su formación continua en técnicas avanzadas —como el “all on four” y la cirugía reconstructiva— le permite asegurar que cada paciente reciba un tratamiento de vanguardia. Su enfoque innovador y uso de materiales regenerativos de última generación colocan al Dr. Leiva a la vanguardia de la odontología moderna, brindando resultados que superan las expectativas.

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