En este artículo, resolveremos todas tus dudas sobre los empastes dentales, desde la preparación hasta los cuidados posteriores, explicando en detalle cada fase del tratamiento y su impacto en la salud bucodental.
El empaste dental, también conocido como obturación, es un procedimiento que se realiza para reparar dientes afectados por caries, desgaste o pequeñas fracturas. Consiste en eliminar la parte afectada del diente y rellenar la cavidad con un material biocompatible, restaurando la estructura y funcionalidad del diente.
Si una caries no se trata a tiempo, puede avanzar hacia las capas más profundas del diente, afectando la dentina y llegando a la pulpa, lo que podría requerir un tratamiento más invasivo como una endodoncia. Por eso, actuar rápidamente con un empaste es fundamental para evitar complicaciones.
Antes de realizar un empaste, el dentista evalúa el estado del diente mediante una revisión clínica y, en algunos casos, radiografías para determinar la profundidad de la caries o el daño en la estructura dental.
El dentista inspecciona el diente en busca de signos de caries, grietas o desgastes y determina la mejor solución para restaurarlo. Si la caries es pequeña, se puede tratar con un empaste sin mayor problema. Si es profunda, podría ser necesario un tratamiento adicional.
Existen varios tipos de materiales para los empastes dentales, entre los que destacan:
El material se elige según la ubicación del diente, las necesidades del paciente y la estética deseada.
El empaste dental es un procedimiento relativamente rápido y se realiza en una sola sesión, siguiendo estos pasos:
Tras el procedimiento, es normal experimentar cierta sensibilidad al frío, calor o presión durante unos días. Para garantizar una buena recuperación y prolongar la vida del empaste, sigue estas recomendaciones:
Es normal experimentar sensibilidad leve tras un empaste, pero si el dolor es intenso o persiste varios días, podría indicar un problema en la oclusión o una caries más profunda de lo esperado.
Depende del material utilizado y de los cuidados del paciente. Los empastes de resina pueden durar entre 5 y 10 años, mientras que los de amalgama pueden superar los 15 años.
Si el empaste es de resina, se puede comer de inmediato, pero si es de amalgama, es recomendable esperar unas horas para evitar fracturas.
Sí, aunque no es común. Un empaste puede desprenderse con el tiempo debido a fuerzas masticatorias o caries recurrentes.
No, los empastes no responden a los tratamientos de blanqueamiento. Si deseas un color más uniforme, puede ser necesario reemplazarlo por uno nuevo del tono deseado.
Un empaste dental es un procedimiento rápido, eficaz y esencial para preservar la salud de tus dientes. En Clínicas Cleardent, contamos con tecnología de última generación y especialistas en odontología restauradora para ofrecerte el mejor tratamiento. Además, disponemos de financiación a medida para que puedas cuidar tu sonrisa sin preocupaciones. Si necesitas un empaste dental o tienes dudas sobre tu salud bucal, pide cita en cualquiera de nuestras clínicas.
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