Según la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración, la gingivitis y la periodontitis son dos de las enfermedades más comunes del ser humano, con una prevalencia del 59,8% en adultos de entre 35 y 44 años y del 51,6% en pacientes de entre 65 y 74 años. Más de la mitad de la población española mayor de 35 años tiene gingivitis. Son datos totalmente alarmantes y resulta paradójico que ante la gravedad de la enfermedad no se toman las medidas correctoras oportunas.
¿Qué es la gingivitis?
La gingivitis se define como la inflamación de la encía. La gingivitis afecta a los tejidos blandos de la encía y es reversible. Si la gingivitis no se controla puede evolucionar a periodontitis, que se extiende a zonas más profundas, como el ligamento periodontal y el hueso alveolar y en este caso de trata de una afección irreversible.
Factores que intervienen
Existen diversos factores que pueden favorecer la aparición de gingivitis:
- Gingivitis asociada a factores locales: puede desarrollarse tanto en un periodonto sano como en un periodonto reducido pero estable, generalmente asociada a factores locales de retención de placa, como higiene oral insuficiente, malposiciones dentarias, maloclusiones.
- Gingivitis modificada por factores sistémicos: se caracteriza por estar modificada en su curso evolutivo por diversos efectos generales tales como:
- Gingivitis asociadas al sistema endocrino, y entre ellas se encuentran las asociadas a embarazo, pubertad, ciclo menstrual y diabetes no controlada. Por todo lo anterior se recomienda que en caso de embarazadas se realicen revisiones periódicas.
- Gingivitis modificada por fármacos: como consecuencia del consumo de determinados fármacos.
- Gingivitis modificada por malnutrición: en ocasiones la gingivitis se puede asociar a déficits nutricionales, como la asociada a la deficiencia de ácido ascórbico.