28 marzo 2025

Paladar inflamado cerca de los dientes: causas, síntomas y tratamiento

Paladar inflamado cerca de los dientes – Te explico por qué ocurre (infecciones, aftas, encías, etc.), cómo aliviar el dolor en el techo de la boca y cuándo acudir al dentista.

¿Tienes el paladar inflamado cerca de los dientes? Soy Lucía Tejada, odontóloga general en Cleardent y he visto a muchos pacientes llegar preocupados por una hinchazón en el techo de la boca y sé lo molesta que puede resultar. En primera persona, te contaré por qué puede inflamarse el paladar (ya sea por infecciones, problemas dentales, encías u otras causas), qué tan grave puede ser en cada caso y qué puedes hacer para aliviar el dolor o la inflamación. Mi objetivo es que, al terminar de leer, entiendas qué le pasa a tu paladar y cómo volver a sentirte mejor lo antes posible. ¡Vamos allá!

Síntomas de un paladar inflamado

Antes de entrar en causas, repasemos cómo se manifiesta un paladar inflamado. Los síntomas típicos incluyen:

  • Enrojecimiento e hinchazón: el tejido del paladar se ve rojo e inflamado, a veces con aspecto de bulto o abultamiento cerca de un diente. Esto indica la respuesta inflamatoria local.
  • Dolor o sensibilidad: suele haber dolor en el paladar al tocarlo o al comer. Puede ser un dolor sordo o una sensación de ardor o picor. Si la inflamación es importante, incluso hablar o tragar saliva puede resultar incómodo.
  • Llagas, ampollas o úlceras: en algunos casos aparecen pequeñas llagas o ampollas en la zona inflamada, especialmente si la causa es una infección viral (como herpes) o una afta. Estas lesiones pueden ser blancas, amarillentas o rojizas y muy dolorosas.
  • Boca seca o mal sabor: la inflamación a veces se asocia a sequedad bucal (falta de saliva) y a un sabor extraño o mal aliento. De hecho, tener poca saliva empeora la irritación, ya que la saliva protege la boca​.
  • Dificultad al comer o hablar: si el paladar está hinchado y adolorido, masticar ciertos alimentos (especialmente duros o ásperos) puede ser difícil. También es posible notar cambios al pronunciar algunos sonidos debido a la molestia.

Cada persona puede experimentar síntomas algo distintos según la causa, pero en general el dolor y la hinchazón en el paladar son las señales más comunes. Ahora sí, veamos qué puede provocar esta inflamación.

Principales causas de la inflamación del paladar

A continuación te explico, desde mi experiencia clínica, las causas más frecuentes (y algunas menos frecuentes) de un paladar inflamado. Verás que la mayoría no son graves y tienen solución sencilla, aunque es importante identificarlas correctamente.

Quemaduras o traumatismos en el paladar

La causa más común que encuentro es un traumatismo por alimentos calientes o duros. Seguro te ha pasado: muerdes una porción de pizza recién salida del horno o bebes un café muy caliente, y te quemas el paladar. Esas quemaduras dejan el tejido enrojecido, sensible e incluso pueden formar ampollas que luego se ulceran. Del mismo modo, comer algo excesivamente duro o puntiagudo (un trozo de pan tostado, un caramelo) puede raspar o herir el paladar y desencadenar inflamación. Cualquier lesión en la boca –ya sea morder accidentalmente o una prótesis dental mal ajustada que roza el paladar– puede producir ampollas que al romperse dejan úlceras dolorosas​.

Estos accidentes provocan un daño en la mucosa palatina, que el cuerpo intenta reparar con la inflamación. Por lo general, una quemadura leve en el paladar sana en pocos días por sí sola. Notarás la zona muy roja o incluso blanquecina (si se formó una ampolla) y molestias al comer. La clave aquí es mantener la limpieza y evitar volver a irritar la zona. Más adelante te explico cómo aliviar este tipo de lesiones.

👉 Consejo: Ten cuidado con la temperatura de los alimentos y mastica despacio. Es mejor dejar que esa sopa enfríe un poco que terminar con el paladar ampollado.

Infección dental o absceso

Una infección en un diente superior cercano al paladar puede manifestarse como inflamación en el cielo de la boca. Por ejemplo, un absceso dental (infección con pus en la raíz de un diente) a veces forma un bulto inflamado en el paladar cerca del diente afectado. Esto ocurre porque el pus busca salida y puede abultar la encía o el paladar próximo al diente enfermo. Suele doler bastante, empeorar al masticar por la presión y venir acompañado de dolor de muelas intenso.

Asimismo, una periodontitis (infección avanzada de las encías) en la arcada superior podría extender la inflamación al tejido del paladar próximo. La acumulación de placa bacteriana por una mala higiene bucodental puede causar infección e inflamación no solo en encías, sino también en el paladar vecino al diente​.

Estas situaciones sí son más serias: si sospechas un absceso (bulto de pus) o una infección dental, debes acudir al dentista. El tratamiento suele incluir drenar la infección y administrar antibiótico, además de resolver el problema del diente (ya sea con endodoncia, empaste o lo que corresponda). Ignorar un absceso es peligroso, ya que la infección puede propagarse más allá de la boca.

Infecciones virales (herpes, mononucleosis y otras)

Varias infecciones causadas por virus pueden ocasionar lesiones e inflamación en el paladar:

  • Herpes oral: El virus del herpes simple tipo 1 es muy común y suele manifestarse como “calenturas” en los labios. Pero a veces también puede afectar el interior de la boca. De hecho, las úlceras en el paladar causadas por el virus del herpes simple (aunque menos frecuentes que las de labio) son bien conocidas en odontología​. Si has tenido herpes, notarás ampollitas dolorosas en el paladar que luego forman costra. Son bastante molestas, pero tienden a curar solas en ~1 semana. Tu dentista puede recomendarte algún gel o antiviral tópico para aliviar más rápido el brote.
  • Herpangina y otras virosis: Hay virus (como los Coxsackie, responsables de la herpangina) que provocan fiebre y múltiples úlceras en boca y garganta, incluyendo el paladar blando. Son más comunes en niños, pero pueden afectar a adultos. Vienen con malestar general y se resuelven en unos días. La mononucleosis infecciosa (virus de Epstein-Barr) también puede dar síntomas en la boca: amígdalas inflamadas, petequias (puntitos rojos) en el paladar y gran malestar. En estos casos virales, el tratamiento es principalmente sintomático (reposo, hidratación, analgésicos) y la inflamación cede al controlar la infección viral.
  • Otras enfermedades víricas: Por ejemplo, el virus varicela-zóster (causante de la varicela y del herpes zóster) puede reactivarse en el paladar con lesiones dolorosas, aunque es raro.

En general, las infecciones virales cursan con úlceras rojizas o ampollas en el paladar, dolor y a veces fiebre. Suelen no requerir antibiótico (porque los antibióticos no matan virus) sino cuidados locales y medicamentos para el dolor. Si sospechas que un virus es la causa (por síntomas generales o porque además tienes ampollas en labios, etc.), observa la evolución unos días. Si en ~10 días no mejora o empeora, consulta al médico.

Infección por hongos (candidiasis oral)

Las infecciones fúngicas también pueden causar inflamación del paladar. La principal es la candidiasis oral, producida por el hongo Candida albicans. Normalmente todos tenemos algo de Candida en la boca sin problema. Pero ciertas situaciones (sistema inmunitario débil, diabetes descontrolada, uso reciente de antibióticos o corticoides inhalados, prótesis dental mal higienizada) pueden hacer que el hongo crezca en exceso. Entonces aparecen placas blancas cremosas en la lengua, mejillas y a veces en el paladar, que al rascarlas dejan zonas rojas inflamadas y sangrantes​. Es lo que coloquialmente se llama «hongos en la boca» o muguet.

Si tu paladar luce manchas blancas que se desprenden y debajo está rojo o duele, podría ser candidiasis. Un dentista o médico puede confirmarlo fácilmente y recetar un antifúngico (enjuague o gel antimicótico) para eliminar la infección. Una vez tratada, la inflamación del paladar cederá. También te aconsejarán mejorar la higiene (por ejemplo, cepillar la lengua y el paladar suavemente, y desinfectar tu prótesis dental si la usas) para prevenir recurrencias.

Úlceras bucales recurrentes (aftas)

Las famosas aftas bucales merecen mención especial. Son esas llagas redondas blancas o amarillentas con borde rojo que salen dentro de la boca (labios, mejillas, lengua y a veces en el paladar) y duelen muchísimo. A diferencia del herpes, no son contagiosas ni causadas por virus externos; más bien responden a factores internos. La causa exacta de las aftas es desconocida, pero se sabe que pueden desencadenarse por lesiones menores, estrés, tabaquismo o deficiencias de vitaminas (ácido fólico, hierro, vitamina B12)​. Por ejemplo, pacientes con anemia o falta de B12 presentan aftas con más frecuencia. También ciertos alimentos muy ácidos o picantes, o cambios hormonales (muchas mujeres reportan aftas antes de la menstruación) pueden favorecer su aparición.

Si la inflamación de tu paladar viene acompañada de una llaga blanquecina dolorosa, es probable que sea un afta. La buena noticia es que sanan solas en 1 a 2 semanas. La mala es el dolor intenso esos días… Se puede tratar el síntoma: geles tópicos que alivian, enjuagues especiales, evitar comidas irritantes, etc. Más adelante en los remedios te indicaré qué hacer para sobrellevarlas mejor. Si te salen aftas con mucha frecuencia, conviene una evaluación médica porque a veces se asocian a problemas gastrointestinales, inmunitarios o carencias nutricionales.

Alergias o irritantes químicos

¿Sabías que el paladar también puede inflamarse por una reacción alérgica? La boca es parte del organismo, y al igual que hay gente con alergia en la piel, puede haber alergia de contacto en la mucosa oral. Ciertos alimentos (por ejemplo, frutas ácidas, piña, nueces), aditivos o conservantes, e incluso ingredientes de productos dentales pueden desencadenar inflamación. Se le llama síndrome de alergia oral cuando afecta boca y garganta. Suele presentarse con paladar irritado, picor, hinchazón e incluso ronchas tras la exposición al alérgeno.

Además de alergias verdaderas, hay sustancias irritantes que sin ser una respuesta inmune causan lesiones. Por ejemplo, alimentos muy ácidos, muy picantes o muy calientes ya los mencionamos. También ciertos ingredientes comunes: algunos enjuagues bucales con alto contenido en alcohol, pastas dentífricas muy abrasivas o con laurilsulfato, caramelos o chicles con canela (saborizante) – todos ellos pueden irritar la mucosa oral​ en personas sensibles. El tabaco es otro gran irritante: fumar no solo aumenta la temperatura en el paladar, sino que deposita toxinas químicas; esto puede generar llagas y también reseca la boca, favoreciendo infecciones​.

Si notas tu paladar rojo e inflamado después de consumir alguna sustancia en particular, podría tratarse de una reacción irritativa o alérgica. Suspende el uso de ese producto o alimento y observa. La inflamación debería disminuir en 1-2 días al eliminar el agente causante. Si no mejora, consulta para identificar el origen. En casos de alergias fuertes (por ejemplo, a ciertos medicamentos) la inflamación podría ser mayor y requerir medicación antihistamínica o corticoide indicada por el médico.

Sequedad bucal (xerostomía) y deshidratación

La saliva es la gran protectora de nuestra boca. Cuando tenemos la boca seca por cualquier motivo, las mucosas se vuelven más vulnerables. De hecho, cualquier situación que reduzca la producción de saliva favorece la aparición de lesiones o inflamación en la boca​. Por eso, una deshidratación leve (no beber suficiente agua un día caluroso, por ejemplo) puede hacer que sientas el paladar y las encías más irritados de lo normal.

Muchas personas mayores sufren xerostomía (sequedad crónica) por medicamentos o por síndrome de Sjögren (una enfermedad autoinmune que afecta las glándulas salivales). Consecuencia: la boca continuamente seca se inflama con facilidad, aparecen grietas, ardor y sobrecrecimiento de bacterias u hongos. Incluso dormir muchas horas con la boca abierta puede resecarnos el paladar y amanecer con la zona algo dolorida.

Si la inflamación de tu paladar se asocia a sensación de boca seca o pastosa, la causa puede ser simplemente falta de saliva. Beber agua frecuentemente ayuda muchísimo. También estimular el flujo salival mascando chicle sin azúcar o usando sustitutos de saliva si fuera necesario. Evita alcohol, café excesivo y tabaco, que desecan más la boca. Verás que manteniendo la hidratación, el malestar del paladar mejora notablemente.

Enfermedades sistémicas y otras causas menos comunes

Por completitud, te menciono que otras patologías generales pueden reflejar signos en el paladar, aunque no sean la causa directa más habitual de inflamación:

  • Deficiencias nutricionales: ya comentamos la relación de la falta de vitamina B12 o hierro con las aftas. También la anemia ferropénica puede dar palidez y atrofia en la mucosa palatina. Una dieta pobre en nutrientes deja las defensas bajas y facilita infecciones bucales.
  • Cambios hormonales o estrés: épocas de mucho estrés pueden desencadenar brotes de llagas. Las fluctuaciones hormonales (embarazo, menopausia) a veces vienen con cambios en la mucosa oral, mayor riesgo de gingivitis y podría notarse inflamación en paladar o encías.
  • Enfermedades autoinmunes: patologías como el lupus eritematoso sistémico, pénfigo vulgar o líquen plano pueden producir lesiones en la boca y paladar. En lupus, por ejemplo, pueden aparecer úlceras orales recurrentes; en el pénfigo, ampollas que se erosionan; el líquen plano genera placas blanquecinas y rojas crónicas. Son causas raras, pero si el paladar inflamado persiste sin explicación, a veces hay que investigarlas.
  • Lesiones precancerosas (leucoplasia): La leucoplasia es una placa blanca en la mucosa oral que no se desprende y se asocia típicamente al tabaquismo o irritaciones crónicas. No suele doler ni causar inflamación aguda por sí misma, pero algunos pacientes con leucoplasia en el paladar también experimentan inflamación recurrente si siguen fumando o irritando la zona. La importancia de la leucoplasia es que puede ser una lesión precancerosa. Si notas manchas blancas persistentes en el paladar u otras zonas, ¡acude al dentista para evaluar!.
  • Cáncer oral: En casos muy poco frecuentes, una hinchazón en el paladar que no desaparece podría ser un tumor. El cáncer de boca suele presentarse como una llaga que no cicatriza, un bulto firme o una zona engrosada roja/blanca que persiste más de dos semanas​. A menudo no duele al inicio, lo cual lo diferencia de las causas benignas (que suelen doler bastante). Si la inflamación del paladar viene acompañada de manchas anormales, sangrado, un crecimiento extraño o se mantiene por mucho tiempo, es indispensable evaluar con un profesional para descartar esta posibilidad.

Insisto en que lo normal es que la inflamación palatina NO sea por algo grave. La mayoría de las veces se debe a factores locales simples (como los primeros de esta lista). Pero como profesional de la salud, tengo que mencionarte estas últimas causas para que estés informado. A continuación veremos qué puedes hacer en cada caso para aliviar y cuándo conviene buscar ayuda profesional.

Cómo aliviar un paladar inflamado (tratamientos)

El tratamiento del paladar inflamado dependerá de la causa identificada. No es lo mismo tratar una quemadura leve que un absceso o una alergia. Voy a explicarte primero qué medidas caseras puedes tomar para aliviar la inflamación y el dolor, y luego los tratamientos odontológicos o médicos que aplicamos si la situación lo requiere.

Cuidados y remedios caseros para aliviar la inflamación

En muchos casos, puedes empezar tratando el problema en casa con estos remedios sencillos y observar mejoría en pocos días:

  • Enjuagues con agua salada: Es el truco de la abuela y realmente funciona. Disuelve media cucharadita de sal en un vaso de agua tibia y haz buches suaves, manteniéndolo en el paladar unos 30 segundos, luego escupe. Repite esto 3 veces al día. El agua salada actúa como antiséptico ligero y reduce la hinchazón.
  • Aplicar frío local: El frío es un antiinflamatorio natural. Puedes chupar un cubito de hielo envuelto en un paño o comer un pedacito de helado (¡excusa perfecta!) y dirigirlo hacia el techo de la boca. El frío ayudará a adormecer el área y bajar la inflamación. Hazlo en intervalos cortos (hasta que sientas alivio). Ojo: no apliques hielo directamente por largos periodos para no quemar por frío, haz pausas.
  • Alimentos blandos y frescos: Mientras tengas el paladar sensible, adapta tu dieta. Toma comidas frías o a temperatura ambiente, de textura blanda (yogures, purés, batidos, gelatinas). Evita comidas muy calientes, picantes, ácidas o crujientes que puedan irritar más. Por ejemplo, en vez de una tostada dura, prefiere pan suave mojado en leche.
  • Buena higiene bucal sin agresión: Mantén tu boca limpia pero con cuidado extra. Cepíllate los dientes suavemente con un cepillo de cerdas suaves, para no raspar el paladar irritado. Sigue tu rutina de higiene bucodental (cepillado e hilo dental) porque una boca limpia sana más rápido y previene infecciones. Pero evita enjuagues con alcohol que arden; si tienes uno sin alcohol, úsalo diluido. La clave es que no se acumule placa ni restos en la zona inflamada.
  • No fumar ni beber alcohol: Ya mencionamos que el tabaco y las bebidas alcohólicas irritan la mucosa y resecan la boca. Durante la recuperación, suspende el cigarrillo y el alcohol completamente. Esto dará un descanso a tu paladar y además favorece la cicatrización. (¡Tu paladar y tus pulmones te lo agradecerán!).
  • Analgésicos de venta libre: Para controlar el dolor y la inflamación puedes tomar un antiinflamatorio común como ibuprofeno, o paracetamol para el dolor, siguiendo las dosis recomendadas. Estos medicamentos ayudan a que las molestias sean llevaderas mientras la causa subyacente va resolviéndose. Si tienes alguna condición médica o estás tomando otros fármacos, consulta primero si puedes tomarlos.
  • Remedios específicos según la causa:
    • Si son aftas, puede ayudar aplicar en la llaga geles anestésicos o con ácido hialurónico que protegen la úlcera (los venden sin receta).
    • Si sospechas hongos, chupar pastillas probióticas o yogur natural sin azúcar puede ayudar ligeramente hasta que recibas tratamiento antifúngico.
    • En caso de alergia, un enjuague con agua bicarbonatada (media cucharadita de bicarbonato en agua) puede calmar la reacción; también un antihistamínico oral si la reacción es más general (consulta al médico).

Con estos cuidados, muchas inflamaciones leves del paladar mejoran en 2 o 3 días. Por ejemplo, una quemadura pequeña o un afta deberían empezar a doler menos y verse más pequeñas. Si pasan unos días y sigues igual o peor, podría indicar que la causa requiere intervención profesional.

Tratamientos profesionales (odontológicos y médicos)

Ahora veamos qué hacemos los dentistas o médicos cuando un paladar inflamado nos preocupa o no mejora con las medidas básicas:

  • Tratamiento del diente o encía afectados: Si la inflamación viene de un problema dental (como caries profunda, absceso, infección periodontal), atacamos la causa. Esto puede implicar abrir y drenar un absceso, hacer una endodoncia (tratamiento de nervio) en el diente infectado, limpiar en profundidad encías con periodoncia o incluso una pequeña cirugía si hay que eliminar tejido dañado. Al resolver la fuente de infección, la inflamación del paladar cederá. Por supuesto, estos procedimientos los realizamos con anestesia local, así que no te dolerán.
  • Medicamentos recetados: Dependiendo de la etiología, podemos recetar fármacos específicos:
    • Si hay infección bacteriana confirmada (ej: un absceso dental, sinusitis, uvulitis bacteriana), indicaremos un antibiótico adecuado que elimine la bacteria. Debes tomar el ciclo completo para asegurar la erradicación de la infección.
    • Si sospechamos herpes u otro virus importante, a veces damos antivirales sistémicos o tópicos (por ejemplo, aciclovir) para acortar la duración del brote.
    • En caso de candidiasis oral, prescríbimos antifúngicos (como nistatina en enjuague, o fluconazol en pastillas en casos severos) que acaban con el hongo.
    • Cuando la inflamación es por una condición inflamatoria mayor (p.ej., un liquen plano muy sintomático), el especialista podría recetar corticoides tópicos en el paladar para reducir la respuesta inmune local.
  • Exámenes adicionales: Si la causa no está clara, podemos realizar pruebas. Por ejemplo, un frotis o cultivo de una llaga para ver si hay hongos o virus, análisis de sangre (para verificar niveles de vitaminas, descartar diabetes u otras enfermedades sistémicas), biopsia de alguna lesión sospechosa en el paladar si la hubiera, etc. Esto nos ayuda a afinar el diagnóstico y así aplicar el tratamiento correcto.
  • Remoción de irritantes crónicos: Si detectamos que una prótesis dental mal ajustada te está lastimando el paladar, la ajustaremos o puliremos para que deje de hacerlo. Si un borde de diente roto te causa ulceritas, lo restauraremos. También te aconsejaremos cambiar ciertos hábitos o productos (por ejemplo, un cambio de enjuague bucal por uno neutro si el actual te irrita).
  • Tratamiento de enfermedades asociadas: En ocasiones, la salud oral refleja problemas de salud general. Si sospechamos de algo como síndrome de Sjögren, anemia perniciosa, etc., te derivaremos al médico correspondiente (reumatólogo, internista) para tratar la enfermedad de base. Igualmente, si hay indicios de un problema serio (como una lesión precancerosa), realizaremos las derivaciones oportunas a especialistas en medicina oral o cirujanos maxilofaciales. Afortunadamente, esto es poco común, pero estamos atentos para tu seguridad.

El profesional actuará según la causa. La mayoría de las veces, tras un tratamiento adecuado, el paladar vuelve a la normalidad. Por ejemplo, eliminas el absceso con tratamiento y antibiótico: a los pocos días la hinchazón desaparece. O empiezas a usar la crema antifúngica: en una semana las placas de candida se van y con ellas la inflamación.

¿Cuándo acudir al dentista?

Ya te he dado varias pistas, pero voy a dejarlo claro: ¿en qué momentos debes buscar ayuda profesional sí o sí?:

  • Si el dolor o la inflamación son muy intensos o empeoran rápidamente. Un paladar que duele al punto de impedirte comer a pesar de analgésicos, o una hinchazón creciente que incluso se expande, requieren evaluación urgente.
  • Si notas pus, fiebre o malestar general. Estos son signos de infección seria. Por ejemplo, un absceso suele dar fiebre y colección de pus (sabor desagradable en boca). No esperes con esto: hay que drenarlo y tratarlo cuanto antes.
  • Si la inflamación no mejora en una semana pese a cuidados. En teoría, las causas benignas (quemadura, afta) muestran mejoría en pocos días y en una semana casi resueltas. Si llevas >7 días con el paladar hinchado igual, aunque no duela mucho, conviene que un dentista lo examine. Podría ser necesaria una intervención o podría haber otra causa que se te escapa.
  • Si aparece una lesión sospechosa o anormal. Como mencioné, una llaga que no cicatriza, un bulto duro, una mancha blanca o roja que persiste más de 2 semanas debe ser revisada​. Lo más probable es que no sea nada maligno, pero aquí la precaución manda: mejor descartar cáncer oral temprano que lamentar después. Nosotros podemos hacer una evaluación y, si hace falta, una pequeña biopsia para analizar.
  • Si tienes inflamaciones recurrentes. ¿Te ha pasado varias veces en pocos meses? Si cada dos por tres se te inflama el paladar o te salen llagas, merece una consulta. Podemos buscar patrones (¿es por tu ortodoncia?, ¿por estrés?, ¿un problema digestivo?) y darte soluciones preventivas. También revisar tu higiene bucal por si hay algo que mejorar.

En definitiva, no dudes en acudir al dentista ante cualquier preocupación. Para eso estamos. A veces el paciente siente que “quizá es una tontería ir solo porque tengo el paladar rojo”, pero créeme, preferimos eso a que aguantes con miedo en casa. Una exploración rápida nos permitirá tranquilizarte o tratarte según corresponda.

Consejos para prevenir la inflamación del paladar

Siempre es mejor prevenir que curar. Aunque no todas las causas son evitables al 100%, hay medidas que reducen mucho el riesgo de sufrir este problema:

  • Mantén una excelente higiene oral: Un paladar sano empieza por una boca limpia. Cepíllate los dientes después de cada comida y usa seda dental diariamente – esto previene las infecciones dentales y de encías que podrían extenderse al paladar. No olvides cepillar suavemente tu lengua y paladar en la rutina, así remueves restos de placa de esas zonas también.
  • Visitas dentales periódicas: Acude a tus revisiones con el dentista, idealmente cada 6 meses. En estas consultas podemos detectar caries ocultas, hacer limpiezas profesionales para quitar el sarro acumulado y examinar todas las mucosas. Una pequeña gingivitis o una periodontitis inicial tratada a tiempo evitará problemas mayores (como abscesos o pérdida de dientes) que impacten el paladar.
  • Cuidado con la dieta y temperatura de las comidas: Para no quemarte, prueba siempre la temperatura antes de pegarle un bocado grande a ese alimento recién cocinado. Modera el consumo de comidas muy picantes o muy ácidas si notas que te irritan el paladar (cada persona tiene su tolerancia). Y procura llevar una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras y fuentes de vitaminas. Así mantienes tus defensas altas y evitas deficiencias como la de B12 o hierro que puedan predisponer a llagas.
  • Evita el tabaco y el alcohol en exceso: Ya lo dijimos pero vale repetirlo. Fumar es pésimo para la salud bucal: causa irritación crónica, manchas, resequedad y aumenta el riesgo de cáncer oral. El alcohol en exceso también daña la mucosa. Si no puedes dejar estos hábitos, al menos sé muy consciente de que tu boca requerirá más controles. Pero lo ideal es dejarlos por completo; tu paladar (y todo tu organismo) vivirán más felices.
  • Cuida tus prótesis o aparatos ortodónticos: Si usas dentadura postiza, aparato removible, férula de descarga, etc., asegúrate de que estén bien ajustados. Un borde mal adaptado puede rozar y causar una úlcera en el paladar tras días de uso. Acude a tu dentista para ajustes ante la menor molestia. Mantén estos aparatos muy limpios diariamente para que no acumulen hongos o bacterias.
  • No te metas objetos a la boca: Parece obvio, pero a veces sin pensar mordemos bolígrafos, uñas u otros objetos duros. Este mal hábito puede lastimar el paladar o los tejidos. Mejor evítalo por completo.
  • Maneja el estrés: El estrés no solo afecta tu mente, también tu boca (aprietas dientes, bajas defensas, favoreces aftas). Busca técnicas de manejo de estrés que te funcionen: ejercicio, meditación, hobbies… Un equilibrio emocional se refleja en menos problemas bucales.
  • Mantente bien hidratado: Bebe agua regularmente incluso si no tienes mucha sed. Una buena hidratación mantiene la saliva fluyendo y protege tu paladar de sequedad e irritación. En ambientes muy secos, puede ayudar utilizar un humidificador durante la noche para no despertarte con la boca reseca.

Si sigues estos consejos, estarás minimizando los factores de riesgo que más comúnmente inflaman el paladar. Claro que algún accidente con la pizza caliente le puede pasar a cualquiera, pero en general tendrás un paladar más resistente y sano.

Inflamación de la campanilla (úvula) y su relación con el paladar

Quiero tocar brevemente un tema relacionado: la campanilla inflamada. La úvula (conocida como campanilla, esa pequeña lengüeta de tejido blando que cuelga al fondo del paladar) también puede inflamarse, a veces junto con el paladar o de forma aislada. Médicamente se llama uvulitis a su inflamación, y suele estar asociada a inflamación de otras partes de la boca y garganta, como el propio paladar o las amígdalas​.

Cuando la campanilla está inflamada, la persona lo nota porque siente algo “colgado” en la garganta, puede tener arcadas, dificultad para tragar, voz gangosa, e incluso puede verse a simple vista más grande o roja. Las causas comunes de uvulitis incluyen infecciones (sobre todo faringitis bacteriana por estreptococo, donde las amígdalas y úvula se irritan) y la sequedad o irritación crónica (por ejemplo, roncar mucho por las noches con la boca abierta puede resecar e inflamar la úvula). Reacciones alérgicas fuertes también pueden hinchar la úvula.

¿Qué hacer si se te inflama la campanilla? En líneas generales, las recomendaciones son muy similares a las del paladar:

  • Hidratarte muy bien, beber líquidos para que la garganta y el paladar blando estén húmedos.
  • Evitar cosas que empeoren la irritación: no fumes, evita alcohol, comidas muy calientes o muy frías mientras dure la molestia.
  • Hacer gárgaras o buches suaves con agua salina puede aliviar la úvula inflamada igual que al paladar.
  • Mantener el cuello abrigado si hay cambios de temperatura bruscos, y procurar no forzar la voz (no gritar, no hablar mucho si te molesta).

Normalmente, una campanilla inflamada por una irritación menor mejora en uno o dos días con estas medidas. Si la uvulitis viene con fiebre alta, placas de pus en las amígdalas o dolor intenso, entonces puede ser una infección bacteriana de garganta (como amigdalitis estreptocócica) y deberías ver al médico, ya que seguramente necesites antibiótico. Igualmente, si notas puntos blancos en la úvula o paladar (podría ser infección por Candida) consulta para el tratamiento apropiado.

La buena noticia es que la inflamación aislada de la úvula rara vez es grave. Pero ciertamente es incómoda, porque molesta al tragar y hablar. Así que no la ignores: cuídala en casa y busca ayuda si no cede. Al fin y al cabo, la campanilla forma parte del paladar blando y comparte con éste la importancia de estar sana para poder hablar claramente, tragar sin problemas y evitar que alimentos o líquidos se vayan hacia la nariz cuando comemos. ¡Todo en la boca está conectado!

En conclusión, un paladar inflamado cerca de los dientes puede deberse a múltiples causas, desde las más simples (una quemadura con comida caliente, una pequeña llaga por estrés) hasta algunas que requieren tratamiento profesional (infecciones dentales, hongos, o en casos rarísimos, lesiones serias). La intención de búsqueda detrás de ese síntoma casi siempre es la misma: queremos saber por qué nos pasa y cómo aliviarlo.

Como dentista, mi consejo es que no entres en pánico: observa tus síntomas, prueba los cuidados caseros que te recomendé y evalúa la evolución. Si notas mejoría, genial – probablemente era algo pasajero. Si no, acude al dentista. Con una revisión podremos identificar la causa exacta (que quizás a simple vista no era obvia para ti) y aplicaremos el tratamiento adecuado para devolverte la comodidad.

Recuerda que mantener una buena salud bucodental día a día es la mejor forma de prevenir estos problemas. Y ante cualquier duda o molestia persistente, estamos para ayudarte. ¡No hay preguntas tontas en salud! Espero que este artículo te haya aclarado las posibles razones de un paladar inflamado y te sirva de guía para actuar con conocimiento. Tu boca es una parte valiosa de tu salud, cuídala y no dudes en buscar acompañamiento profesional cuando lo necesites.

Preguntas frecuentes sobre paladar inflamado

¿Es grave tener el paladar inflamado cerca de los dientes?
En la mayoría de los casos no es grave – suele deberse a irritaciones o pequeñas infecciones locales que se resuelven fácilmente. Sin embargo, si la inflamación dura más de ~10-14 días, o viene con síntomas preocupantes (mucho dolor, fiebre, una llaga que no cura), podría indicar un problema más serio y debes consultar al dentista.

¿Cómo desinflamar rápido el paladar en casa?
Puedes aliviar la inflamación con remedios sencillos: enjuagues de agua tibia con sal (efecto antiséptico suave), aplicar algo frío en el paladar (hielo envuelto o helado) para bajar la hinchazón, y tomar ibuprofeno o paracetamol para el dolor. Además, evita comidas calientes o picantes, mantén la zona limpia y no fumes durante unos días.

¿Qué causa que se inflame el paladar?
Las causas más comunes son quemaduras por comida caliente, úlceras aftosas (aftas), infecciones (un absceso dental, hongos como candida, virus del herpes, etc.), alergias o irritantes (por ejemplo a ciertos alimentos, al tabaco, a enjuagues fuertes) y la boca seca. Factores generales como estrés, falta de vitaminas o enfermedades también pueden influir. Identificar la causa ayuda a tratarlo correctamente.

¿Cuánto tarda en curarse un paladar inflamado?
Depende de la causa. Si es algo leve como una irritación o afta, en unos 7 a 10 días debería estar curado (con mejoría notable desde el segundo o tercer día). Una quemadura sencilla mejora en 3-5 días. En cambio, si es un absceso dental u otra infección que requiere tratamiento, mejorará una vez tratado (tras comenzar antibióticos, en 48-72 horas el paciente ya nota alivio). Si pasan más de 2 semanas con inflamación, consulta al dentista.

¿Cuándo debo ir al dentista por la inflamación del paladar?
Si llevas más de una semana con el paladar inflamado sin mejoría, o desde el inicio notas signos de alarma (dolor muy fuerte, presencia de pus, fiebre, dificultad significativa para tragar, o una lesión sospechosa que no sana), debes ir al dentista. También si la inflamación es recurrente (te pasa muy a menudo). Un profesional determinará la causa exacta y te dará el tratamiento adecuado antes de que empeore.

Si notas que el paladar inflamado no mejora en pocos días o viene acompañado de dolor intenso, pide tu cita en Clínicas Cleardent. Nuestro equipo está listo para ayudarte a recuperar tu salud bucal y volver a sentirte bien.

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Odontóloga
La Dra. Lucía Tejada Martín combina su experiencia en odontología integral con un enfoque cariñoso y atento, creando un ambiente de confianza para pacientes de todas las edades. Con especialización en odontología mínimamente invasiva, su prioridad es ofrecer tratamientos que aseguren comodidad y resultados duraderos. Desde 2014, su dedicación a la odontopediatría y a la atención estética y restauradora en adultos la ha convertido en una profesional valorada, reconocida por su cercanía y precisión en cada consulta.

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