
Descubre en esta guía personal qué son las caries, por qué ocurren y cómo prevenirlas y tratarlas.

Descubre la relación entre periodontitis y Alzheimer y cómo una mala salud bucal puede influir en el desarrollo del deterioro cognitivo.
Como odontólogo, a menudo me preguntan si existe alguna relación entre la salud de las encías y el Alzheimer. Entiendo la preocupación: ¿puede una simple enfermedad bucal influir en algo tan serio como el deterioro de la memoria? En este artículo te explicaré cómo la periodontitis puede influir en el desarrollo o avance del Alzheimer. Veremos qué dice la ciencia más reciente, explicaremos los mecanismos biológicos de forma sencilla y ofreceremos consejos prácticos de prevención. Mi objetivo es que al terminar de leer tengas claridad y tranquilidad sobre este tema, sabiendo qué precauciones tomar para cuidar tanto tu salud bucodental como tu salud cognitiva.
La periodontitis es una enfermedad inflamatoria crónica de las encías, causada por una infección bacteriana. Comienza usualmente con una gingivitis (encías enrojecidas y sangrantes) que no se trata a tiempo, y progresa destruyendo el tejido que rodea y sostiene los dientes. Con el tiempo puede causar pérdida dental y otras complicaciones. Es una patología muy común en adultos mayores – se estima que hasta un 80% de las personas mayores de 55 años presenta enfermedad de las encías en algún grado.
¿Por qué hablamos de periodontitis en el contexto del Alzheimer? Porque, además de afectar a la boca, la periodontitis tiene efectos en todo el cuerpo. Es una infección crónica que eleva la inflamación sistémica, y cada vez más estudios sugieren que podría ser un factor de riesgo para enfermedades alejadas de la cavidad oral, incluyendo enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. En otras palabras, una encía enferma no solo pone en riesgo tus dientes, podría también influir en tu cerebro. A continuación te explico cómo y por qué.
La idea de que una infección bucal contribuya al Alzheimer puede sonar sorprendente. Sin embargo, las investigaciones recientes han revelado vínculos biológicos entre la periodontitis y la neurodegeneración en personas mayores. Te resumo los hallazgos más importantes:
Todos estos datos nos llevan a una conclusión: boca y cerebro están conectados, más de lo que imaginábamos. Una encía con infección activa puede liberar bacterias y moléculas inflamatorias que terminen afectando al cerebro. Y aunque tener periodontitis no significa que vayas a desarrollar Alzheimer con seguridad, sí parece aumentar la probabilidad o acelerar el proceso en personas predispuestas. Es importante señalar que la investigación sigue en curso y aún no sabemos hasta qué punto esta relación es causal. Algunos expertos apuntan que podría haber una relación bidireccional: por un lado, la periodontitis podría contribuir al Alzheimer, pero a la vez las personas con Alzheimer suelen descuidar su higiene oral (a veces por los mismos problemas cognitivos), lo que las hace más propensas a padecer periodontitis. En muchos casos, son los cuidadores quienes deben ayudar con la limpieza bucal diaria para evitar infecciones en pacientes con demencia
Esto significa que el Alzheimer también puede actuar como factor de riesgo de mala salud bucal. En resumen, es un círculo que se retroalimenta: la enfermedad de las encías puede empeorar la salud cerebral, y un deterioro cognitivo severo puede empeorar la salud bucal. Por eso, romper ese círculo cuidando las encías es tan relevante.
Para entender mejor esta conexión, vale la pena profundizar ligeramente en cómo podría la periodontitis influir en el cerebro a nivel biológico:
Los mecanismos propuestos giran en torno a infección e inflamación. Una boca con periodontitis actúa casi como un “reservorio” de bacterias y mediadores inflamatorios que pueden afectar órganos distantes. El cerebro, siendo un órgano particularmente sensible a procesos inflamatorios crónicos, puede sufrir consecuencias cuando se ve expuesto a esos elementos dañinos provenientes de la boca. Aún así, es importante tener en mente que el Alzheimer es una enfermedad compleja, multifactorial. La periodontitis podría ser una pieza más del rompecabezas, un factor contribuyente entre muchos otros (genética, estilo de vida, otras enfermedades). No pretendemos decir que la infección de las encías sea la causa principal del Alzheimer (hasta la fecha no se puede afirmar tal cosa categóricamente, pero todo indica que sí podría ser un factor de riesgo modificable). Y eso, lejos de alarmarnos, es en realidad una buena noticia: significa que tenemos una ventana de oportunidad para actuar sobre nuestra salud oral con miras a proteger también nuestra salud cerebral.
Después de conocer estos datos, la pregunta lógica es: ¿Podemos hacer algo al respecto? Por suerte, ¡sí!. La periodontitis es en gran medida prevenible y tratable. Mejorar la salud de tus encías es una inversión no solo en tu sonrisa, sino potencialmente en tu calidad de vida futura a nivel mental. Aquí te brindo consejos prácticos que recomiendo a mis pacientes para mantener a raya la enfermedad periodontal (y de paso, tal vez reducir un posible factor de riesgo de Alzheimer):
En mi experiencia, implementar estos hábitos no solo previene la periodontitis, sino que mejora considerablemente la calidad de vida. Muchos pacientes me han comentado que al sanar sus encías notan menos problemas como mal aliento, mejoran en energía (porque su cuerpo ya no está combatiendo una infección crónica) e incluso duermen mejor. Y aunque quizás no podamos medir directamente cuánto estamos protegiendo al cerebro con estas acciones, sabemos con certeza que una boca sana reduce cargas inflamatorias y infecciosas en el organismo. Es decir, todo suma a favor de tu salud integral.
Personalmente, creo firmemente en el enfoque de salud integral: el cuerpo humano está interconectado de formas fascinantes. La posible relación entre periodontitis y Alzheimer es un claro ejemplo de ello. Lo que sucede en tu boca no se queda solo en tu boca; una infección crónica allí puede repercutir en órganos tan distantes como el cerebro. Hoy por hoy, la ciencia nos sugiere que mantener unas encías sanas podría ser un granito de arena más para reducir el riesgo de deterioro cognitivo en el futuro.
Aún falta mucho por descubrir – los investigadores siguen estudiando si al tratar agresivamente la periodontitis en pacientes mayores se podría ralentizar el avance del Alzheimer o prevenir algunos casos. Mientras esas respuestas llegan, tenemos ante nosotros una recomendación lógica y sin contraindicaciones: cuidar nuestra salud bucodental como parte de un estilo de vida saludable.
En la práctica diaria, he visto cómo mejorar la salud oral trae beneficios amplios. Por eso, mi consejo como odontóloga es: no esperemos a tener problemas graves para tomar en serio la higiene oral. Cepilla tus dientes con amor, cuida tus encías, visita a tu dentista. Estás haciendo mucho más que evitar una caries: posiblemente estás protegiendo tu corazón, tu cerebro y tu bienestar a largo plazo. Y si en tu familia existe preocupación por el Alzheimer, piensa que algo tan cotidiano como el cepillado y la seda dental podría ser una pequeña pero importante aportación a la causa de mantener un cerebro sano.
Recuerda, nunca es tarde para adquirir buenos hábitos. Tu boca y tu mente te lo agradecerán.
No podemos decir que la periodontitis cause directamente el Alzheimer por sí sola, pero las evidencias indican que podría contribuir como factor de riesgo. Estudios epidemiológicos muestran que quienes han tenido enfermedad periodontal por muchos años tienen más probabilidades de desarrollar demencia. La hipótesis es que la inflamación crónica y las bacterias de las encías pueden acelerar procesos neurodegenerativos ya en marcha. En otras palabras, la periodontitis podría ser un acelerador o agravante del Alzheimer en personas predispuestas. Sin embargo, el Alzheimer es multifactorial: intervienen genética, edad, estilo de vida, salud cardiovascular, etc. Cuidar las encías reduce un factor de riesgo potencial y mejora la salud general, pero no garantiza completamente prevenir la enfermedad de Alzheimer. Aún se necesita más investigación para entender si la relación es causal. Mi recomendación es ocuparse de la salud bucal como parte de una estrategia preventiva integral, sabiendo que es un elemento más bajo nuestro control.
Las bacterias que provocan periodontitis (como Porphyromonas gingivalis) viven debajo de las encías enfermas. Cuando hay sangrado e inflamación, esos gérmenes pueden entrar al torrente sanguíneo. Desde allí, viajan por el cuerpo e incluso pueden alcanzar el cerebro. Normalmente el cerebro está protegido por la barrera hematoencefálica, pero con la edad y la inflamación esta barrera puede volverse más permeable. Una vez que las bacterias o sus toxinas logran infiltrarse en tejido cerebral, desencadenan neuroinflamación: activan las defensas del cerebro, que liberan sustancias inflamatorias en un intento de combatir la infección. Además, estudios en cerebros de pacientes con Alzheimer han encontrado ADN bacteriano y enzimas tóxicas de origen oral en las zonas afectadas. Estas toxinas dañan directamente a las neuronas y favorecen la formación de placas beta-amiloides (proteínas que se acumulan en el Alzheimer). El resultado es un entorno cerebral más inflamado y propenso al deterioro. En resumen, la diseminación bacteriana desde la boca puede “sembrar” infecciones microscópicas en el cerebro y contribuir al daño neuronal. Es un proceso lento y silencioso, pero potencialmente importante a lo largo de años.
Mantener una buena salud bucal sí puede ayudar a reducir riesgos asociados. Aunque no hay garantía absoluta de prevención del Alzheimer (que tiene muchos factores involucrados), eliminar infecciones crónicas como la periodontitis quita un posible elemento agravante. Piensa que al tratar la periodontitis, estás reduciendo la inflamación sistémica y evitando la entrada continua de bacterias al torrente sanguíneo. Esto crea un terreno más favorable para el organismo en general. Algunos estudios sugieren que tratar activamente la enfermedad de las encías en adultos mayores mejora su desempeño en pruebas cognitivas o al menos frena la velocidad de su deterioro, lo cual es prometedor.
Cuando alguien padece Alzheimer u otra demencia, especialmente en fases moderadas o avanzadas, suele presentar dificultades para mantener hábitos de autocuidado. El cepillado dental diario, el uso de hilo dental, las visitas al dentista… todas estas rutinas pueden verse interrumpidas porque la persona olvida realizarlas o pierde destreza para hacerlo. Además, el Alzheimer puede causar apatía o desinterés en la higiene personal.
Lo más importante es adoptar un enfoque preventivo en tu día a día. En cuanto a las encías, sigue estos pilares: higiene meticulosa (cepillado dos veces al día y uso de hilo dental), dieta equilibrada (limitando azúcares y comiendo suficiente vitamina C y calcio para la salud periodontal), no fumar, y visitar al dentista regularmente para limpiezas y chequeos. Si notas síntomas de alerta en tus encías – sangrado al cepillar, enrojecimiento, inflamación, retracción o movilidad dental – acude pronto al odontólogo; tratar una gingivitis a tiempo evita que se vuelva periodontitis. Por el lado de la salud cognitiva, mantén tu mente y cuerpo activos: ejercicio físico regular, actividad mental (leer, juegos, aprender cosas nuevas), sociabilidad y buen manejo del estrés. También controla factores como la presión arterial, el colesterol y la diabetes, que se sabe que impactan en el riesgo de demencia.
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