
Descubre en esta guía personal qué son las caries, por qué ocurren y cómo prevenirlas y tratarlas.

La sensación de tener algo atorado en la garganta (globo faríngeo) puede ser inquietante. Descubre sus causas (reflujo, ansiedad…) y cómo aliviarla.
La sensación de tener algo en la garganta – a veces descrita como un “nudo en la garganta” o “cuerpo extraño atorado” – es más común de lo que parece. Te habla un profesional de la salud que, además de tratar a muchos pacientes con este problema, ¡también lo ha experimentado en carne propia! Quiero que sepas que entiendo perfectamente lo angustiante que puede ser esa sensación de ahogo o de tener un bulto que no puedes tragar. En este artículo te explicaré de forma cercana qué es exactamente este fenómeno (conocido médicamente como globo faríngeo), cuáles pueden ser sus causas –desde reflujo hasta ansiedad–, y sobre todo cómo puedes aliviarlo. Vamos a ello con la confianza de que, con la información adecuada, podrás manejar mejor esta molestia tan incómoda.
El globo faríngeo es el término médico para describir esa sensación persistente de tener un objeto atorado en la garganta, a pesar de que no haya nada físicamente obstruyendo. Es importante aclarar que no se trata de un dolor agudo, sino de una molestia o presión en la garganta que puede resultar muy inquietante. Muchas personas lo describen como si tuviesen una pelusa, una pastilla o un bulto en la garganta al tragar, que simplemente no baja ni desaparece. Algo característico del globo faríngeo es que no interfiere gravemente con la deglución ni la respiración – es decir, aunque sientas esa bola imaginaria, por lo general puedes tragar alimentos y respirar con normalidad. De hecho, suele notarse más cuando tragas saliva en seco o cuando estás en reposo, y muchas personas encuentran alivio momentáneo al beber agua o comer. A diferencia de condiciones más serias como la disfagia (dificultad real para tragar) o la odinofagia (dolor al tragar), el globo faríngeo no suele provocar dolor ni atragantamiento real – solo la sensación molesta de obstrucción
Históricamente, a este fenómeno se le llamó “globo histérico”, porque antiguamente se asociaba con la histeria o la ansiedad, e incluso con la menopausia en mujeres. Hoy sabemos que el nombre es engañoso: no significa que estés “histérico” o que sea imaginario. Aunque la ansiedad puede desencadenarlo (ya lo veremos), no es “todo psicológico” – hay causas físicas legítimas en muchos casos, y desde hace más de 2000 años se reconoce en medicina esta sensación curiosa. Estudios indican que hasta un 45% de la población podría padecerla en algún momento de su vida, así que no estás solo ni estás “inventando” nada. Es un síntoma real (subjetivo, sentido por el paciente) pero sin una evidencia tangible cuando el médico examina la garganta. En otras palabras: se siente como un cuerpo extraño, pero no hay un objeto físico que el médico pueda ver o tocar allí.
Ahora bien, ¿por qué ocurre esta sensación tan desconcertante? La realidad es que no existe un consenso absoluto entre los especialistas sobre una causa única. A menudo, varios factores pueden combinarse. Aquí vamos a repasar las causas más comunes del “nudo en la garganta”, desde las físicas hasta las emocionales, basándonos en lo que dice la ciencia y la experiencia clínica.
Una de las causas estrella del globo faríngeo es el reflujo gastroesofágico, especialmente el reflujo “silencioso” que llega hasta la garganta. En el reflujo gastroesofágico (ERGE), el ácido del estómago sube hacia el esófago e irrita los tejidos. Si los ácidos gástricos alcanzan la zona faríngea, pueden producir inflamación crónica en la parte posterior de la garganta y causar esa sensación de tener algo atoradoDe hecho, la sensación de nudo en la garganta es un síntoma reconocido del reflujo – Mayo Clinic la incluye entre los signos comunes de ERGE. Algunas investigaciones han reportado reflujo en entre el 23% y el 68% de los pacientes con globus (¡más de la mitad en algunos estudios!), lo cual sugiere una asociación importante. Incluso, tratar el reflujo alivia el síntoma en muchos casos ¿Cómo exactamente causa molestia? Imagina que el ácido sube y “quema” ligeramente tu garganta una y otra vez; esa irritación constante puede generar inflamación local y espasmos musculares en la zona, dándote la impresión de un bulto atrapado
A veces el reflujo viene acompañado de otros síntomas como acidez, ronquera matutina o tos seca, pero ojo: puede haber globus faríngeo por reflujo aún sin acidez evidente. Es el llamado reflujo faringolaríngeo (cuando el ácido llega más arriba de lo habitual).
¿Te pasa sobre todo después de comer, al acostarte o al agacharte? Entonces el ácido podría ser el culpable principal. Controlar el reflujo suele ser clave para estos pacientes.
¿Has notado que se te forma un nudo en la garganta cuando estás a punto de llorar, muy nervioso o pasando por estrés? No es casualidad. La ansiedad y las emociones juegan un papel enorme en esta sensación. De hecho, se considera que junto al reflujo son las causas más comunes del globo faríngeo. Muchos pacientes refieren que sus síntomas empeoran en épocas de estrés o tensión emocional, y estudios sugieren que hasta un 96% de quienes sufren globus sienten que empeora en momentos de gran carga emocional.
Cuando estamos ansiosos, varias cosas ocurren en nuestro cuerpo que pueden explicar el nudo en la garganta. Por un lado, la ansiedad puede provocar sequedad en la boca y la garganta (boca seca), porque en situaciones de estrés se reduce la saliva. Una garganta seca hace que las mucosas se peguen y los músculos se tensen, generando la sensación de “algo ahí”. Además, la ansiedad nos hace tragar saliva con más frecuencia nerviosamente – y tragar repetidamente en seco irrita y reseca aún más la garganta, en un círculo vicioso. MedlinePlus, por ejemplo, señala que el estrés o la ansiedad pueden causar opresión en la garganta o sentirla “atorada”, lo que corresponde justamente al llamado globo histérico.
Por otro lado, las emociones fuertes desencadenan tensión muscular involuntaria. Los músculos de tu cuello y garganta pueden contraerse sutilmente cuando lloramos o estamos muy angustiados (piensa en ese temblor en la barbilla y garganta al sollozar). Esa contracción muscular aumenta la presión en la zona faríngea y puede hacerte notar un nudo. Incluso ciertas emociones como la tristeza profunda o hasta el orgullo han sido asociadas con gatillar esta sensación. Es decir, a veces “se nos hace un nudo en la garganta de la emoción” literalmente.
Lo importante aquí es reconocer que no estás imaginando cosas por “nervios”: tu cuerpo realmente está reaccionando al estrés de una forma física. La buena noticia es que, manejando la ansiedad (con técnicas de relajación, terapia, etc.), suele mejorar muchísimo este síntoma.
Cualquier inflamación leve y persistente en la garganta puede traducirse en sensación de globo. Por ejemplo, después de una faringitis (infección de garganta) puede quedar por días una sensación residual de bulto o raspado aunque la infección ya sanó. La acumulación de moco o flemas espesas tras un resfriado fuerte también puede dar la impresión de algo pegado en la garganta. De hecho, algunos autores señalan que la principal causa del llamado “globo histérico” podría ser el exceso de mucosidad tras procesos como gripe o sinusitis. Si has tenido goteo postnasal (moco cayendo de la nariz a la garganta por alergias o sinusitis), sabrás lo molesto que es sentir esa “bolita” de moco constante.
Irritantes externos como el humo del tabaco, la contaminación, beber mucho alcohol o consumir alimentos muy picantes pueden irritar la mucosa faríngea y generar inflamación local. Esta irritación crónica, incluso sin infección, puede hacerte sentir un cuerpo extraño. Por ejemplo, personas con rinitis alérgica o expuestas a irritantes a menudo refieren carraspeo y globo faríngeo. También la sequedad ambiental (ambientes con aire muy seco o climatizado) favorece que la garganta se reseque e irrite.
Además, ciertas infecciones crónicas de amígdalas pueden causar sensaciones raras: los amigdalolitos o “tonsilolitos” (pequeñas calcificaciones blancas que se forman en las amígdalas crípticas) suelen dar sensación de tener algo clavado al tragar, acompañada de mal aliento o halitosis. (De hecho, si notas mal sabor u olor, podría valer la pena una revisión odontológica: la halitosis muchas veces se asocia a estos caseum amigdalares y otros problemas ORL.) En estos casos, un otorrino puede extraer esos depósitos y aliviar la molestia.
La tensión muscular en la zona del cuello es otro factor a considerar. Hay un músculo clave en la garganta, el músculo cricofaríngeo (parte del esfínter esofágico superior), que actúa como “puerta” entre la garganta y el esófago. Si este músculo permanece demasiado contraído o no se relaja bien, puede dar la sensación de un nudo. Se ha observado en estudios que algunas personas con globus tienen la presión de ese esfínter algo elevada. La tensión cricofaríngea a veces está relacionada con estrés (volvemos al punto de ansiedad), pero también puede ocurrir sin causa aparente.
Asimismo, trastornos neuromusculares poco comunes, como la miastenia gravis o ciertas distrofias musculares, pueden afectar la coordinación de los músculos de la deglución. Estas condiciones pueden presentarse con sensación de obstrucción porque los músculos no trabajan de manera normal. Ojo, son causas muy raras, y suelen venir acompañadas de otros síntomas (como debilidad muscular general, voz nasal, etc.).
En la población general, más frecuente es la disfunción de la musculatura por tensión postural. Personas que trabajan muchas horas encorvadas, con sobrecarga en cervicales, o que han sufrido ansiedad por largo tiempo, pueden tener una contractura crónica en músculos del cuello y garganta. Esto puede hacer que “sientan la garganta constreñida”. Por eso, técnicas de fisioterapia, ejercicios cervicales o terapia miofuncional a veces ayudan en globus: porque relajan la musculatura implicada en la deglución.
Por último, debemos mencionar las causas orgánicas menos frecuentes. En contadas ocasiones, la sensación de tener algo en la garganta sí puede deberse a una alteración estructural real. Por ejemplo, un tiroides agrandado (bocio) o con nódulos puede presionar ligeramente la garganta y generar sensación de bulto. Igualmente, un quiste benigno u otro crecimiento en la zona faríngea o laringea podría provocar síntomas similares. Incluso, aunque es raro, un tumor en la parte alta del esófago o faringe puede inicialmente manifestarse con sensación de cuerpo extraño constante
¡Tranquilidad! Estas causas son muy poco probables si no hay otros síntomas, pero por eso los médicos están atentos a “signos de alarma” que comentaré más adelante.
Otra causa orgánica es el Divertículo de Zenker, que es una especie de “bolsita” que se forma en la pared del esófago superior donde pueden quedar restos de comida. Este divertículo puede causar dificultad para tragar y sensación de algo atorado, junto con halitosis. Es infrecuente y suele ocurrir en personas mayores. También la esofagitis eosinofílica (una inflamación alérgica crónica del esófago) puede dar síntomas de globo, usualmente junto a dificultad para pasar ciertos alimentos.
La gran mayoría de los casos de globo faríngeo se deben a causas benignas como reflujo o ansiedad. Los escenarios más serios (lesiones, tumores) casi siempre vendrán acompañados de síntomas adicionales como pérdida de peso, dolor, dificultad real para tragar líquidos y sólidos (disfagia), cambios en la voz, ganglios inflamados, etc. Así que, aunque siempre es bueno descartar, no pienses de entrada en algo grave si solo tienes la molesta sensación y nada más. Veamos entonces qué se puede hacer para aliviarla.
Llegamos a lo más importante: ¿cómo aliviar esta incómoda sensación? Lo primero que debo decirte, con empatía y sinceridad, es que no existe una pastilla mágica específica para el globo faríngeo como tal. El abordaje suele centrarse en tratar la causa subyacente (si es que se identifica alguna) y en medidas generales de alivio. Aquí te ofrezco varias recomendaciones prácticas y opciones de tratamiento, tanto caseras como médicas:
Tratamiento del reflujo (si está presente): Si sospechas que el ácido del estómago puede estar involucrado (por ejemplo, tienes acidez, ardor o el síntoma empeora después de comer), enfócate en medidas anti-reflujo. ¿Qué hacer? Evita las comidas copiosas y muy condimentadas, el café, chocolate y cítricos en la noche. No te acuestes inmediatamente después de cenar – espera al menos 2 horas. Eleva un poco la cabecera de tu cama para dormir (unos 10-15 cm) de modo que la gravedad ayude a mantener el ácido abajo. Mantén un peso saludable. Estos cambios en el estilo de vida pueden marcar diferencia.
Además, consulta con tu médico sobre tomar antiácidos o fármacos inhibidores de ácido (como omeprazol) si los síntomas de reflujo son frecuentes. Muchas personas notan que al controlar el reflujo, el nudo en la garganta desaparece o disminuye enormemente.
Técnicas de relajación y manejo de la ansiedad: Dado el fuerte componente emocional, es fundamental reducir el estrés y la ansiedad. Prueba con ejercicios de respiración profunda abdominal cuando sientas la opresión (inhala lentamente por la nariz contando 4 segundos, exhala por la boca contando 6-8 segundos, repetido varias veces). Practicar yoga, meditación o mindfulness puede ayudarte a relajar la musculatura de cuello y a bajar esa respuesta de alarma del cuerpo. Incluso algo tan sencillo como darse una ducha tibia e intentar bostezar profundamente ayuda a relajar la garganta. Si estás pasando por ansiedad crónica, considera buscar apoyo de un psicólogo; la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser útil en casos de globo faríngeo relacionado con ansiedad
Recuerda: no es “todo psicológico”, pero la mente y el cuerpo están conectados. Al calmar tu sistema nervioso, a menudo el síntoma afloja.
Mantén la garganta hidratada: Una garganta seca suele intensificar la sensación de cuerpo extraño. Por eso, mantente bien hidratado durante el día. Bebe sorbos de agua con frecuencia, o infusiones tibias (un té con miel puede ser muy reconfortante). La humedad también ayuda: usar un humidificador en tu habitación o inhalar vapor de agua puede aliviar la sequedad de la mucosa. Evita ambientes con humo y, si puedes, reduce o elimina el tabaco porque fumar seca e irrita aún más la garganta. También vigila la salud bucal: una buena higiene y salud bucal –cepillado, lengua limpia, enjuagues suaves– mantiene la zona orofaríngea en mejor estado y previene infecciones que podrían agravar la molestia.
Evita el carraspeo y la tos forzada: Cuando sentimos algo en la garganta, es tentador carraspear o forzar la tos para “moverlo”. Pero carraspear constantemente empeora las cosas. Este hábito golpea las cuerdas vocales y la mucosa, causando más inflamación. En su lugar, si sientes mucha necesidad, bebe un sorbo de agua o traga saliva lentamente. Un truco: intenta “tragar en seco” solo una vez y luego inmediatamente toma agua; a veces verás que la sensación disminuye temporalmente, señal de que no había nada físico que expulsar. También puedes probar chupar pastillas mentoladas o con hierbas lubricantes (tipo pastillas para la garganta de miel, eucalipto, etc.), ya que fomentan la producción de saliva y dan alivio local.
Ejercicios y postura: Presta atención a la postura de tu cuello durante el día, especialmente si trabajas muchas horas sentado frente al ordenador. Mantener la espalda recta y hacer pausas para estirar el cuello puede reducir tensión muscular. Algunos pacientes encuentran útil hacer ejercicios suaves de cuello: rotaciones lentas de cabeza, estiramiento lateral de cuello (acercando oreja al hombro suavemente), “encogimiento” de hombros hacia las orejas y soltarlos, etc. También hay ejercicios específicos de la musculatura deglutoria: por ejemplo, simular un bostezo grande (esto eleva el paladar blando y abre la faringe), o practicar la maniobra de Masako (sacar la lengua suavemente sujetándola con los dientes o con una gasa y luego intentar tragar) para fortalecer ciertos músculos. Estos ejercicios conviene aprenderlos con un especialista en terapia miofuncional u ORL si el problema persiste, pero son estrategias para relajar y coordinar la musculatura de la garganta.
Tratamientos médicos específicos: Si tras evaluación médica se identifica una causa concreta, se aplicarán tratamientos dirigidos. Por ejemplo, si hay evidencia de infección o inflamación, podrán recetarte antiinflamatorios, corticoides locales o antibióticos según el caso. En el caso de amigdalolitos grandes, el otorrino puede retirarlos manualmente o mediante un lavado amigdalino, e incluso considerar una amigdalectomía (extracción de amígdalas) si son recurrentes y molestos. Para un bocio tiroideo que cause muchos síntomas, el endocrino indicaría tratamiento (medicación o cirugía parcial) para reducir el tamaño del tiroides. Los divertículos de Zenker significativos se pueden corregir con una pequeña cirugía endoscópica en manos expertas. Y por supuesto, cualquier lesión sospechosa o tumor requerirá el abordaje específico (afortunadamente, esto último es muy poco común como origen del globus).
En general, cuando el globo faríngeo es de origen funcional (no hay enfermedad grave detrás), el enfoque es conservador. No te sorprendas si los médicos te dicen que tengas paciencia: muchos casos se resuelven o mejoran con el tiempo, y es común que el síntoma vaya y venga por épocas. No obstante, siempre trata de abordar lo que lo exacerba (estrés, reflujo, irritantes) para encontrarte mejor.
Como hemos dicho, la sensación de tener algo atrapado en la garganta suele ser benigna y no peligrosa en sí misma. Aun así, es importante saber cuándo vale la pena buscar ayuda médica. Mi recomendación como profesional es: consulta con tu médico de cabecera u otorrinolaringólogo si la sensación es muy persistente, te preocupa mucho, o si presentas alguno de estos signos de alarma:
El médico seguramente te hará preguntas detalladas (sobre cuándo lo notas, desde cuándo, si algo lo mejora o empeora…) y te examinará la garganta. Posiblemente, para estar seguros, te manden con un especialista en otorrinolaringología (ORL) para que mire con un endoscopio flexible tu faringe y laringe. No te asustes, es un procedimiento rápido y bien tolerado donde revisan “dentro” de la garganta con una camarita por la nariz o boca. Si esa exploración es normal y no ven nada raro, es muy tranquilizador: confirma el diagnóstico de globo faríngeo funcional. En algunos casos, podrían hacer pruebas adicionales como un tránsito esofágico (te hacen tragar algo visible en rayos X) o una manometría esofágica (mide presiones musculares) para descartar problemas de motilidad, o una gastroscopia para ver esófago y estómago si sospechan reflujo importante. Nuevamente, la mayoría de las veces todo sale bien, y con las recomendaciones dadas el síntoma podrá manejarse.
En resumen: si tu “sensación de bola” en la garganta persiste por semanas o te genera mucha ansiedad, consulta. Es seguro esperar un tiempo prudente si no hay alarmas serias, pero nunca está de más salir de dudas con un profesional. Te quedarás más tranquilo sabiendo que no es nada malo y podrás enfocarte en las soluciones.
Espero que esta guía completa te haya ayudado a entender por qué puedes tener esa sensación de algo atorado en la garganta y cómo aliviarla. Recuerda que hablarlo con un profesional de confianza también es parte del proceso – a veces, solo recibir la explicación y comprobar que todo está bien físicamente, ya alivia gran parte de la ansiedad que este síntoma genera. Como alguien que ha estado en ambos lados (médico y paciente), te aseguro que el globo faríngeo mejora con las medidas adecuadas y con el tiempo. ¡No estás solo en esto y tiene solución! Mantén la calma, sigue estos consejos, y verás cómo poco a poco esa molesta sensación en la garganta irá desapareciendo.
No, en la gran mayoría de los casos no es grave ni pone en riesgo tu vida. Es una sensación incómoda pero benigna, que no obstruye realmente la respiración ni la alimentación. Sin embargo, siempre se debe descartar con el médico alguna causa oculta si aparecen síntomas de alarma (dolor, dificultad real para tragar, pérdida de peso, etc.).
Sí, la ansiedad y el estrés son desencadenantes muy comunes del globo faríngeo.El estrés puede provocar sequedad en la garganta y tensión muscular, generando la sensación de opresión o bola en la garganta. Muchos pacientes notan que el nudoaparece o empeora en situaciones de nervios o angustia, y mejora al relajarse.
Existen varias medidas de alivio: beber agua frecuentemente para mantener la garganta hidratada, evitar carraspear en seco (mejor tragar saliva o líquidos), hacer ejercicios de respiración y relajación para manejar el estrés, y vigilar el reflujo gastroesofágico (dieta ligera, no acostarse tras comer) ya que el ácido puede empeorar la molestia. También ayuda evitar irritantes (tabaco, picantes) y usar pastillas o gárgaras suaves que calmen la garganta.
Si llevas semanas con la sensación de algo en la garganta y te preocupa, sí es recomendable acudir al médico. Aunque no duela, es bueno confirmar que se trata de un globo faríngeo funcional y descartar otras causas. Acude de inmediato si presentas señales de alarma como dolor al tragar, asfixia, un bulto palpable en el cuello, pérdida de peso inexplicable o cualquier síntoma inusual acompañante
Por lo general, el primer paso es consultar al médico general. Él puede derivarte a un especialista en Otorrinolaringología (otorrino) para evaluar la faringe y laringe. El otorrino comprobará que no haya ninguna lesión o masa real. Si todo está bien en la garganta, a veces también interviene un gastroenterólogo (para descartar reflujo o problemas esofágicos) o incluso un psicólogo si el componente de ansiedad es significativo. En cualquier caso, el manejo suele ser multidisciplinar hasta resolver el síntoma.
Si sientes una sensación de algo atascado en la garganta, podría estar relacionado con problemas dentales, infecciones, tensión muscular o incluso reflujo. En Clínicas Cleardent evaluamos tu salud bucodental para detectar cualquier causa oculta y darte la solución que necesitas.
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